España sufre una pobre cultura en ciberseguridad

27/11/2020

Oliver Wyman. "La motivación y conocimiento de los riesgos digitales por parte de la población colocan al país en un pobre puesto 41, que disminuye aún más (43) si se tiene en cuenta hasta qué punto la cultura de la población es propensa a tomar acciones específicas con el fin de reducir los riesgos en seguridad digital".

España no da la talla hoy en día en alfabetización sobre ciberseguridad… pero está sembrando el camino para recoger sus frutos en el futuro, según el Cyber Risk Literacy and Education Index, el índice desarrollado por el Oliver Wyman Forum para proporcionar un marco de medición exhaustivo sobre el nivel de alfabetización en riesgos digitales de la población.

En un mundo donde la tecnología conectada es cada vez más omnipresente, los ciberataques son ya uno de los crímenes que más crecen a nivel global, y se espera que el próximo año cuesten a las organizaciones más de 6 billones de dólares. La situación, además, se ha hecho aún más apremiante durante la pandemia, ya que nuestra dependencia de Internet no ha dejado de crecer. En este entorno, mientras que muchos Gobiernos hablan sobre la necesidad de una fuerza de trabajo educada en los riesgos digitales, o de estudiantes que usen internet de manera segura, pocos entienden la verdadera magnitud del reto o comprenden hasta qué punto requiere una refundación del sistema educativo y de las prácticas laborales.

En este sentido, al igual que la educación financiera o en salud, la alfabetización digital es un conocimiento fundamental que todos los individuos deberían entender, ya que existen datos aplastantes que refuerzan esta afirmación, como el hecho de que casi un 95% de los problemas digitales se deben a errores humanos (ej. clicar en un link fraudulento).

Se espera que, en el año 2022, el mercado mundial de la ciberseguridad alcance los 170.000 millones de dólares: durante la pasada década, Gobiernos de todo el planeta han comenzado a adoptar un papel más activo en la ciberseguridad, impulsando estrategias nacionales, dedicando recursos a la ciberdefensa y explorando métodos para equipar a las compañías con mayor protección. Sin embargo, a medida que el mundo se digitaliza, confían en mayor medida en que los individuos se protejan a ellos mismos y a otros en el ciberespacio, pero a menudo son incapaces de proporcionar las herramientas y formación necesarias para ello. Los países entienden los retos, pero no siempre tienen claro lo que sabe su población o dónde existen vacíos.

El índice del Oliver Wyman Forum busca arrojar algo de luz sobre esta situación, permitiendo a los países descubrir las mejores prácticas globales y centrar su atención en aquellas áreas que más lo necesitan. Para ello, analiza cinco parámetros que ayudan a establecer un mapa completo de la situación: Motivación Pública, Políticas Gubernamentales, Sistema Educativo, Mercado Laboral e Inclusividad de la Población.

España saca un aprobado raspado a nivel general, pero se educa para afrontar el futuro con nota

De entre las 50 geografías analizadas (49 países más la Unión Europea), España se sitúa en una posición intermedia (26), con un total de 535 puntos, justo por detrás de Portugal y delante de Bélgica. A pesar de situarse por debajo de la puntuación media en cuatro de los cinco parámetros analizados, el índice destaca la fortaleza del país en lo referente al Sistema Educativo, que mide hasta qué punto se impulsa la educación en riesgos digitales, tanto en el currículum de educación primaria y secundaria como a la hora de mejorar las habilidades de los profesionales.

Así, con un total de 664 puntos, España ocupa el quinto puesto a nivel mundial, gracias a la importancia que el país otorga a la educación formal (5ª posición) y a la mejora de habilidades de los profesionales (8ª posición). El país sólo está por detrás de Singapur, Reino Unido, Suiza y Holanda en esta clasificación, lo que demuestra que, a pesar de no contar con una buena posición actual, está preparando el terreno para responder a las necesidades de educación en ciberseguridad que un mundo hiperconectado va a traer en un futuro cada vez más cercano.

La buena senda en el ámbito educativo contrasta, no obstante, con las Políticas Gubernamentales, un parámetro que mide la visión y compromiso a largo plazo del Gobierno para avanzar en la alfabetización digital de la población, así como la existencia de planes activos de atracción y retención de fuerza laboral educada en los riesgos digitales. España ocupa una modesta posición intermedia tanto en el conjunto de las geografías analizadas (puesto 26) como dentro de la Unión Europea (posición 13 de entre los 25 países del bloque analizados, todos menos Malta y Luxemburgo).

La falta de motivación, un lastre

Más allá de las políticas activas de formación y educación, la existencia de una población consciente de los riesgos asociados a la era digital, así como motivada para afrontarlos, resulta fundamental a la hora de implantar una cultura proclive a la reducción de riesgos. En el caso de España, la posición 41 en lo referente al parámetro de la Motivación Pública, indica claramente que, a pesar de los brotes verdes, aún queda mucho trabajo por hacer: la motivación y conocimiento de los riesgos digitales por parte de la población colocan al país en un pobre puesto 41, que disminuye aún más (43) si se tiene en cuenta hasta qué punto la cultura de la población es propensa a tomar acciones específicas con el fin de reducir los riesgos en seguridad digital. Esta situación deja a España en el cuarto puesto por la cola dentro de la Unión Europea, solo por delante de Italia, Bulgaria y Rumanía, y en claro contraste con Holanda y Finlandia, los dos mejor situados.

Una de las posibles derivadas de dicha falta de motivación es el bajo nivel de Inclusividad de la Población. España ocupa la posición 34 en este parámetro que mide, entre otros, aquellos aspectos referentes al acceso a la tecnología, a la disponibilidad de programas y recursos dirigidos a la población vulnerable (ej. personas mayores) o al acceso a educación formal en la materia. Dentro de sus pilares existen, no obstante, diferencias considerables, ya que la posición del país mejora hasta el puesto 21 cuando se analiza la inclusividad tecnológica de la población, descendiendo hasta el puesto 34 si lo que se tiene en cuenta es la facilidad de acceso a la educación en riesgos digitales. Comparado con sus homólogos europeos, España vuelve a situarse en las posiciones de cola, ocupando el puesto 19 de entre los 25 países estudiados.

El mercado de trabajo, entre la falta de demanda y el impulso real

España alcanza su menor puntuación en el parámetro Mercado Laboral, que analiza la situación en el ámbito empresarial. Con una puntuación de solo 343 puntos, el país ocupa el puesto 31 de la clasificación global, y el 16 dentro de los países europeos. Las diferencias dentro de sus diferentes pilares son, no obstante, notables. Así, sorprende la coincidencia de un bajo nivel de demanda de profesionales versados en la materia (posición 40) con la buena posición del país en lo referente a innovación en seguridad digital, que sitúan a España en un puesto 9 gracias al trabajo bien hecho en I+D en este campo y a la colaboración entre gobierno y empresas. Gracias a ello, solamente Holanda, Estonia e Italia están por delante de España a nivel europeo en este sentido.

Una buena integración entre los niveles educativo, empresarial y gubernamental, la clave del éxito

Según el índice del Oliver Wyman Forum, los países con un mayor índice de alfabetización y educación en riesgos digitales son Suiza, Singapur, Reino Unido, Australia y Holanda. Estos países obtienen buena puntuación en casi todos los drivers, destacando a través de la integración de los riesgos digitales en sus sistemas educativos, mercado laboral y políticas gubernamentales. Todos apoyan una sólida educación a todos los niveles, enfatizando las habilidades cuantitativas y recomendando o exigiendo algún nivel de instrucción de seguridad digital. Los empleadores de estas zonas geográficas reconocen la importancia del riesgo cibernético y exigen trabajadores cualificados en materia de seguridad cibernética. Sus políticas gubernamentales en materia de instrucción sobre el riesgo cibernético son amplias y específicas, y con frecuencia transparentes en cuanto a la financiación y las métricas utilizadas para evaluar el progreso y el éxito.

En contraposición, las geografías que ocupan un lugar más bajo en la clasificación general generalmente carecen de una estrategia de alfabetización sobre el riesgo cibernético a nivel nacional y/o de un énfasis en el riesgo cibernético en los programas escolares. Aun así, muchos de ellos se sitúan en posiciones intermedias en cuanto a «conciencia y motivación sobre el riesgo cibernético» o a su «proclividad cultural hacia la reducción de los riesgos de seguridad». Esto indica que, si bien algunos los gobiernos pueden no estar dando prioridad a la seguridad cibernética en este momento, muchos dentro de su población están empezando a comprender la necesidad de asumir la responsabilidad de mejorar en este aspecto.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.