Alierta lo tiene muy claro: “Los accionistas de Telefónica pagaron al Estado las redes de telecomunicaciones existentes cuando se privatizó la compañía y de entonces acá han sido solo ellos los que han puesto los recursos necesarios para invertir 40.000 millones de euros en España y 84.000 millones de euros en el mundo en los últimos 10 años”.

Por eso está absolutamente en contra de la posibilidad de que la Unión Europea acabe decidiendo que los operadores, que han invertido cuantiosos recursos en el despliegue de las redes de fibra óptica y que tendrán que invertir en conjunto entre 300.000 y 350.000 millones de euros en los próximos años para acabar la malla, la deban compartir con otros que no lo harán.

El presidente de Telefónica tenía muy claro cuál era el mensaje que quería lanzar a través de su intervención en el foro Aragonex reivindicando el papel de la compañía en el desarrollo de la sociedad de la información a través del esfuerzo inversor que ha venido realizando en el pasado y el que está dispuesta a realizar en el futuro “siempre que haya un marco regulador” que establezca reglas del juego claras y en igualdad de condiciones. No lo dijo así pero, mientras en el pasado se pudo entender que los monopolios existentes entonces debían abrir sus redes a la competencia para que realmente se terminara con ellos, ahora que esos monopolios ya no existen no hay que seguir con la misma política y, por lo tanto, “quien quiera fibra óptica que invierta en ella”.

Alierta pasó revista al desarrollo de la sociedad de la información señalando que en el mundo ya hay 8.000 millones de accesos a las redes fijas y móviles de telefonía pero que de éstos solo 2.000 millones utilizan internet, lo que da una idea del potencial de desarrollo que el sector de las telecomunicaciones tiene.

Telefónica tiene, en grandes números, ya 300 millones de clientes (84 millones en Brasil; más de 40 en España) y el 80% de las conexiones desde “el sur de Río Grande hasta la Patagonia, son de Telefónica”, afirmó. Pero lo importante no es sólo eso sino que “la alianza comercial con Telecom Italia, el acuerdo con la operadora china y el que tenemos con una operadora de Oriente Medio que también sirve a una parte de África”, hace que la compañía española pueda acabar llegando prácticamente a 1.000 millones de clientes, según Alierta.

El riesgo de que la economía mundial entre en una recesión global no es una posibilidad que contempla Telefónica a la luz de sus datos de consumo. En el primer semestre los ingresos crecieron un 6%, en el conjunto mundial (Telefónica no está presente en Estados Unidos) y los datos de agosto y septiembre se mantienen en esos porcentajes de crecimiento con zonas donde es mayor y regiones donde, como la Unión Europea, se mantiene un ritmo de caída similar también al que se registraba en la primera parte del año. “No estamos viendo un empeoramiento de nuestra situación, y si algunas mejoras”, dijo Alierta para despejar algo más las dudas.

Alierta fue firme en señalar que la actual política de dividendos de la compañía es sostenible en el tiempo, en contra de los pronósticos recientes de Standard & Poor’s y que la cotización de la compañía esta subvalorada, lo “mismo que ocurre con buena parte de las compañías españolas”.

Finalmente, el presidente de la primera compañía española, se mostró tajante en lo que se refiere a la permanencia del euro como moneda europea “porque todos los países la necesitamos, y eso que la compañía obtiene solo un 30% de sus ingresos en esta moneda”.