Mercado complejo

26/09/2011

M. L.. 26-09-2011

«Houston, Houston, we’ve got a problem«. Esta frase, mundialmente conocida y sin necesidad de traducción, fue pronunciada por los astronautas del Apollo XIII tras descubrir que, efectivamente, tenían un problema. Pues bien, en Wall Street tenemos un problema aparentemente resoluble solo con un poco (o un mucho más) más de tiempo.

El mercado ha entrado en una fase de una complejidad técnica realmente formidable. En la última caída rompió con rotundidad el tímido canal alcista que había formado y parece estar formando otro completamente lateral que sólo se rompería al alza con un cierre confirmado por encima de 1.219 puntos en el S&P 500. Por tanto, queda aún un buen trecho para que los vaivenes nos lleven por medio.

Pero, por otro lado, podría estar buscando los 1.175 puntos para desde ahí iniciar un nuevo impulso a la baja. Por ahí pasa la banda baja del canal alcista anteriormente mencionado por lo que es posible que esta reacción se corresponda con uno de los habituales «pullbacks» a las líneas que se van rompiendo. Para comprobar si estamos en este escenario podría quedan bastante menos tiempo, ya que el S&P 500 ha cerrado hoy al borde de los 1.163 puntos y con las volatilidades que últimamente reinan en el mercado mañana mismo podríamos estar ante esta cota.

Pues bien, incluso si realiza el temido «pullback» y sale disparado hacia abajo, aún debería hacer un cierre confirmado por debajo de los 1.120, que es donde se encuentra la base del canal lateral, completamente horizontal, que podría estar trazándose.

Hace ya algunos días les recomendé encarecidamente que se abstuvieran de operar y dejaran la resolución de los aparentes enigmas en manos de los profesionales, pero algo que he visto hoy me induce, y mucho, a la duda. Precisamente esos profesionales están cargando el saco y amenazan con ponerlo a reventar. La «mano fuerte» anda de compras como si de la campaña de rebajas se tratara y aunque no sería la primera ocasión en que hacen maniobras como esta sólo para deshacer sus posiciones un poco más arriba con menores pérdidas, el asunto me tiene bastante escamado.

Ya sé que normalmente no les hablo de estas cosas que se perciben en los gráficos, pero no siempre puedo obviar lo que de cuando en cuando veo. Decididamente, no está la cosa para ponerse largo, pero tampoco está para ponerse corto. Curiosamente, ambas posibilidades están bastante equilibradas lo que da un amplio margen a las noticias, y eso sí que es malo porque ahí ni usted ni yo podemos actuar con la misma rapidez con la que actúan los que mandan en el cotarro bursátil.

¿Y qué podemos esperar de las noticias? En realidad, poca cosa. En este momento, el mercado quiere creer que lo de Grecia se va a resolver y que la UE se va a poner seria para terminar con los riesgos de contagio, lo que incluiría una recapitalización acelerada y forzosa de buena parte del sistema financiero de la Eurozona. Por tanto, todo lo que llegue en concordancia con este sentimiento sumará, pero es una incógnita cuánto. Sin embargo, cualquier mala noticia sí influirá y ya sabemos cómo se las gastan estos tipos cuando se sienten «decepcionados«. Si le sumamos un par de datos malos de paro y algún otro indicador de los que cuentan que dé un mal resultado en Estados Unidos puede ocurrir con cierta facilidad que dasandemos con celeridad el camino andado.

En definitiva, que el mercado está demasiado complejo para jugarnos en él nuestro dinero y el mejor indicador de ello es el oro. El dorado metal, refugio de refugios, dejó de subir coincidiendo con los últimos desplomes, lo que muestra claramente que la opción es la liquidez. Si la gente ni siquiera quiere ya oro, ¿que quiere? Tener el dinero debajo del colchón. Ya no se fía nadie de nadie y eso conduce directamente a este tipo de comportamientos.

A lo peor voy a tener que cambiar de opinión respecto a las «recetas» de Bernanke y admitir que su giro hacia el largo plazo ha enviado un mensaje al mercado en el sentido de que «nada en el corto plazo os va a dar más rentabilidad que la Bolsa porque yo voy a hundir la rentabilidad de la deuda a corto plazo americana» y que, al final, tras un fin de semana de reflexión esa es la condigna que ha quedado grabada en la mente de los poderosos. Vaya usted a saber…

En fin, que si hoy los valores tecnológicos del Nasdaq se hubieran sumado a la fiesta que ha dirigido el Dow Jones con mayor celeridad a estas horas podríamos estar hablando de una subida histórica. A cambio, hablamos de una subida realmente interesante y con final en todo lo alto cln reacción tardía de los tecnológicos y protagonismo absoluto del Dow Jones, con todos sus valores en positivo y sólo dos de ellos por debajo del 1%. Al cierre, el Dow avanzó un 2,53%, el S&P 500 un 2,33% y el Nasdaq Composite un 1,35%. Además, debe destacarse que el Dow superó de nuevo los 11.000 puntos y el Nasdaq Composite los 2.500, niveles no demasiado relevantes técnicamente pero sí psicológicamente. En el Nyse subieron 2,6 valores por cada uno que bajó.

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