El Gobierno ha convocado mañana martes a los agentes sociales dentro del proceso de consultas abierto para decidir la subida del salario mínimo interprofesional para 2021.

Aunque nadie espera subidas muy altas, en un contexto de grave crisis económica, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, parece decidida a evitar congelar una renta que acumula una subida del 45% desde que, con el Gobierno de Rajoy, se decidiera acelerar los incrementos del umbral salarial mínimo, tras congelarlo dos años, a fin de intentar frenar el crecimiento de la desigualdad durante la crisis económica de 2008.

La titular de Trabajo parece tener decidida ya el alza que experimentará el salario mínimo en 2021, si bien, formalmente Díaz prefiere cumplir con el trámite de consultas, y comunicar antes sus planes a los sindicatos y los empresarios.

La ministra defiende incrementar esta renta progresivamente hasta los 1.100 euros al final de legislatura, en 2023, tal y como recoge el pacto de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos.

Una senda de subidas que daría margen para trasladar los mayores incrementos a 2022 y 2023, y atender de ese modo, al menos en parte, los ruegos de los empresarios, que piden al Gobierno congelar la renta, y apuntalar primero a las empresas, en la situación de grave crisis económica que atraviesa el país, por los efectos de la pandemia.

Sin embargo, los sindicatos reclaman al Gobierno que continúe elevando la renta, de tal modo que se alcance en 2021 el nivel de los 1.000 euros, en catorce pagas, un umbral simbólico que habrá que ver si la ministra está dispuesta a cruzar.

En su defensa de esta subida el líder de UGT, Pepe Álvarez, argumentó hoy que las pensiones subirán un 0,9% en 2021, al igual que el sueldo de los funcionarios ; mientras que la previsión de inflación para el año próximo alcanza el 0,9%.

Sin embargo, la subida, tal y como han recordado los empresarios, repercutiría especialmente en la hostelería, el comercio y la agricultura; sectores muy castigados por la pandemia, especialmente los primeros, y donde la noticia no sería muy bien recibida, al menos entre los empresarios; no así entre los trabajadores de unas actividades en cuyo seno se crían grandes bolsas caracterizadas por los bajos sueldos y la precariedad.

Evolución del salario mínimo en España

Desde 1980 el salario mínimo interprofesional en España ha crecido desde poco más de 135 euros mensuales, en catorce pagas, al inicio del período; hasta los 950 euros de 2020.

Hasta el año pasado el mayor incremento en este período del salario mínimo lo firmó en 2017 el Gobierno del ‘popular’ Mariano Rajoy, un 8%, hasta los 707 euros, desde los 655 euros anteriores, dentro de un acuerdo que preveía un incremento del 30%, hasta los 850 euros, al final de una legislatura que debiera haber acabado en 2020.

Sin embargo, la llegada al poder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en coalición a partir de 2019 con Unidas Podemos, supuso un gigantesco paso en la evolución de esta renta, especialmente en 2019 con una subida del 22%, hasta los 900 euros, desde los anteriores 735 euros.

En 2020, el salario mínimo se situó en 950, tras un alza del 5,6%, aceptada a regañadientes por la patronal, que prefirió limitar daños frente a la posibilidad de mayores incrementos, en los primeros pasos del Gobierno de coalición, meses antes de que comenzara la pandemia.

Ahora, el Gobierno pretende continuar con las subidas, aunque nadie espera un alza muy destacada, habida cuenta de las dificultades que atraviesan muchas de las empresas, especialmente las de los sectores de hostelería, comercio y agricultura, donde, debido precisamente a sus bajos salarios, se verían muy afectados por este incremento.

Sin embargo, el Ejecutivo de coalición pactó continuar con las subidas del umbral mínimo de las rentas del trabajo por una jornada completa, hasta alcanzar los 1.100 euros al final de la legislatura, previsto en 2023.