Los antibióticos pueden adherirse a microplásticos y después liberarse en el agua

16/12/2020

diarioabierto.es. Una investigación española apunta que los microplásticos que se encuentran en ambientes con altas concentraciones de antibióticos, como las depuradoras, podrían transportar a estas sustancias tóxicas a lugares donde antes no llegaban

Investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han comprobado que la claritromicina y la azitromicina, dos antibióticos muy utilizados, se pueden adherir a microplásticos y luego liberarse en medios acuáticos, afectando a microorganismos fotosintéticos.

Para llevar a cabo el trabajo, los expertos recrearon las condiciones de un medio de agua dulce en el laboratorio y observaron los efectos en microrganismos que viven en él. Los resultados, publicados en la revista ‘Chemosphere’ y recogidos en la plataforma Sinc, mostraron que ambos antibióticos se pueden adherir a distintos tipos de microplásticos, especialmente a los de poliestireno, y posteriormente liberarse parcialmente.

«Es la primera investigación que demuestra que la azitromicina y claritromicina pueden hacerlo, y esto es importante pues son dos de los antibióticos más ampliamente usados y sobre los que existen normas europeas», han dicho los expertos.

El estudio apunta que los microplásticos que se encuentran en ambientes con altas concentraciones de antibióticos, como las depuradoras, podrían transportar a estas sustancias tóxicas a lugares donde antes no llegaban. «Estos antibióticos podrían tener efectos sobre los organismos que habitan estos lugares, especialmente sobre los productores primarios», han apostillado los investigadores.

De hecho, los microplásticos por sí solos no eran tóxicos para una cianobacteria que se uso en el experimento. Sin embargo, cuando iban cargados con los antibióticos, se inhibió significativamente el crecimiento y el contenido de clorofila de este microorganismo.

La mayoría de los antibióticos absorbidos en los diminutos plásticos se liberaron al entrar en contacto con los cultivos de cianobacterias. Según los autores, esto hace pensar que podrían actuar como vectores de antibióticos en sistemas de agua dulce, afectando el nivel trófico básico de microorganismos fotosintéticos.

«Este trabajo trata de abrir la puerta a futuras investigaciones sobre el papel de los microplásticos como transportadores de antibióticos entre distintos ecosistemas, aunque se necesitan más investigaciones más allá del laboratorio para confirmar si está ocurriendo lo mismo en el medioambiente», han zanjado los expertos.

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