La petrolera Cepsa ha dado un giro a su estrategia de diversificación de sus negocios, que tiene como objetivo reducir la vinculación del grupo con los combustibles fósiles, con la venta de su negocio de venta minorista de luz y gas. Cepsa Hogar, la sociedad que agrupa las citadas actividades desde hace dos años, ha sido adquirida por Podo, comercializadora de energía que está en manos de la portuguesa Galp, Joaquín Coronado y Eugenio Galdón.

Para Podo, la compra de la cartera de Cepsa Hogar la convierte en uno de los líderes en el ámbito de las sociedades no vinculadas a los grupos eléctricos, con 140.000 en clientes: la operación supone el traspaso de una cartera de 75.000 clientes residenciales de luz y gas. Podo basa su estrategia, al igual que otras compañías que desarrollan actividades similares, en la venta de energía renovable.

¿Por qué Cepsa ha optado por vender un área que parecía básica? La empresa, que está controlada por Mubadala -entidad de Abu Dhabi-  y el fondo Carlyle, enmarca esta transacción en la estrategia de rotación de activos, con el fin de centrarse en los negocios que aportan más valor a los accionistas. Si bien, también es cierto que no ha logrado los objetivos fijados cuando se inició en esta actividad, que la llamaba a estar entre los cuatro grandes. La empresa ultima un plan estratégico, aunque ya está dando pasos como esta operación.

La venta de energía está siendo un área con fuerte competencia, que está liderada por las grandes eléctricas y Repsol, y en la que ha ratificado su interés otras empresas, entre ellas la francesa Total.