Los bancos tienen hasta el 15 de enero para trasladar al Banco Central Europeo (BCE) sus planes sobre el pago de dividendos sobre los resultados de 2020. Las entidades tienen expresamente prohibido hacerlos públicos al mercado hasta haber recibido respuesta del BCE.

El BCE sigue recomendando que no se realice ningún tipo de distribución de dividendos ni recompra de acciones hasta, al menos, septiembre de 2021. Pero permite hacerlo hasta un límite máximo del 15% de los beneficios netos acumulados entre 2019 y 2020 o de 20 puntos superior a la ratio de capital de máxima calidad a las entidades «rentables y con robustas trayectorias de capital».

El Santander quiere abonar un dividendo en efectivo de 0,10 euros en 2021, sujeto a la aprobación de los reguladores.

El BBVA pretende destinar parte del exceso de capital derivado de la venta de su filial en Estados Unidos a una recompra «relevante de acciones», sin renunciar al reparto de un dividendo.

CaixaBank y Bankia anunciaron que no pagarían ningún dividendo antes de realizar su fusión, prevista para el primer trimestre de este año. El nuevo grupo aspira a destinar a la retribución de sus accionistas el 30% del beneficio.

El Sabadell fue la única entidad que, antes del pronunciamiento del BCE, consideraba  «prematuro» pronunciarse sobre el dividendo sin tener claro cuáles iban a ser los beneficios de 2021.