Después del parón de varios años en los concursos para la adjudicación de potencia renovables, el ministerio de Transición Energética convocó el pasado diciembre una serie de subastas hasta 2025. La primera, que ya está en marcha, es por 3.000 megavatios, ha despertado interés entre los operadores del sector de generación eléctrica, grandes y no tan grandes. De los 3.000 megavatios, 1.000 megas son para energía eólica, otros 1.000 para fotovoltaica, mientras que los 1.000 restantes son para tecnologías sin especificación previa. Si bien, se reserva 80 megas para la biomasa.

El proceso está ya en la fase final y la puja se realizará el próximo 26 de enero, mientras que ahora se cierra el plazo para presentar las ofertas. Esta subasta, que se realiza con el nuevo sistema de remuneración, es más compleja para las compañías que quieran adjudicarse potencia. El objetivo del ministerio es intentar que no se produzcan nuevas burbujas de renovables, en general debidas a proyectos con titulares que deseaban después traspasarlos. Ahora se exige planes industriales y operativos.

Medios consultados señalan que las grandes eléctricas: Endesa, Iberdrola y Naturguy participan en las subastas, pese a que han criticado el sistema y tienen otras vías para crecer, como los contratos PPA  con grandes consumidores. También acudirán Repsol y Forestalia, que ha sido uno de los ganadores de pasadas subastas, imponiéndose a  los grandes. Los mismos medios indican que, asimismo, participan EDPr, previsiblemente ACS, y grupos europeos.

Y no es fenómeno español. Los mercados energéticos europeos perciben que las autoridades responsables de la política energética y medioambiental van a promover una serie de subastas en 2021 para acercarse al cumplimiento de los objetivos de los acuerdos de la UE.