El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, asegura que la aspiración del Gobierno es acometer la reforma de las pensiones en dos fases este año en lo relativo a los aspectos de la Ley General de Seguridad Social, para avanzar en su tramitación de forma «sustancial» o «completa» este ejercicio, y que la primera medida será un nuevo complemento de maternidad para cerrar la brecha de género en las pensiones.

Niega que haya hablado de alargar a 35 años la vida laboral para el cálculo de las pensiones. Y explica que en el marco de la reforma de las pensiones, cuyo componente dentro del Plan de Recuperación ha sido ya remitido a Bruselas, se abordará los principios de contributividad y las «lagunas» en las trayectorias laborales para paliar los problema de equidad en carreras especialmente cortas o la situación de los jóvenes y mujeres, entre otras medidas orientadas a asegurar la sostenibilidad del sistema y el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, sobre la base de las recomendaciones del Pacto de Toledo.

Como primera medida, «prácticamente ultimada» con los agentes sociales, de la reforma de las pensiones un nuevo complemento de maternidad para cerrar la brecha de género en pensiones existente en el sistema.

Escrivá reitera su «compromiso» con el impulso de los planes colectivos de empleo y con la preservación de una manera «permanente» del poder adquisitivo de las pensiones, que «va a quedar garantizado ante cualquier situación y cualquier horizonte».

Gobierno y agentes sociales e están abordando los mecanismos para hacer que la edad efectiva de jubilación se acerque a la edad legal con un mecanismo «voluntario», reforzando el mecanismo de desincentivo a la jubilación voluntaria anticipada y/o incentivando la jubilación más allá de la edad legal.

En una segunda fase, un acuerdo para que los autónomos coticen por sus ingresos reales, algo que espera que esté operativo en 2022; la derogación del factor de sostenibilidad; un «compromiso» con factores de solidaridad intergeneracional; y estudiar las situaciones de carreras laborales muy largas o muy cortas con «lagunas» para conseguir un sistema «mucho más equitativo».

17 reformas laborales «estructurales»

En la reforma laboral remitido a Bruselas, la ministra de Trabajo Yolanda Díaz contempla 17 modificaciones «estructurales» en tres bloques; uno relativo a la reformulación completa de las políticas activas de empleo; otro sobre formación; y un tercero sobre la modernización del mercado de trabajo.

Todas las reformas laborales anteriores han llevado a consolidar un modelo con «enormes deficiencias» por una tasa de paro estructural y juvenil «inaceptable», una temporalidad «inasumible» y rotación y parcialidad.

Ahora se harán «con diálogo social» y se abordará la modernización de la negociación colectiva para acomodarla al siglo XXI y una reforma en profundidad de las políticas públicas, ya que «no funciona» tener 169 millones de contratos registrados desde 2012 y en 2019 más de 6 millones de contratos con una duración inferior a una semana.

Habrá medidas para corregir la dualidad del mercado de trabajo, la segmentación, la precariedad, la Ley de plataformas digitales, conocida como ley de ‘riders’, cambios legislativos sobre políticas activas de empleo, una Estrategia de empleo juvenil, una Estrategia de activación por el empleo.

Sobre el Salario Mínimo, uno de los motivos junto a las pensiones que han llevado a CC.OO. y UGT ha convocar movilizaciones el 11 de febrero, Yolanda Díaz afirma que el debate «sigue abierto y sujeto al diálogo social» y muestra su «respeto absoluto» por las convocatorias, ya que «las democracias robusta se caracterizan porque distintos sectores y los trabajadores se movilicen».