Esta operación de compraventa de activos y pasivos tiene efectos económicos a 1 de septiembre de 2011 y supone la compra del negocio bancario y la gestión de fondos e implica la compra de la cartera de inversión crediticia (363 millones de euros), la gestora de fondos (con aproximadamente 400 millones de euros bajo gestión), todas las sucursales bancarias (19), los empleados adscritos a dichas sucursales (aproximadamente 100) y todos los depósitos de la clientela (436 millones de euros).

Con esta operación, se incorpora a CaixaBank un volumen de negocio de, aproximadamente, 1.200 millones de euros, incluyendo 400 millones de euros de fondos de inversión fuera de balance, con una buena situación de liquidez, buen margen de intereses y con un reducido impacto en solvencia.

Según CaixaBank, la adquisición de la totalidad del negocio bancario y de gestión de fondos de Bankpime permite añadir valor a algunas de las actividades en las que “la Caixa” ha puesto un mayor acento comercial: fondos de inversión, seguros y empresas. Destaca la incorporación de la gestora de fondos, con una actividad considerable y una buena oferta de fondos, que reforzará la excelente evolución de InverCaixa.

La entidad presidida por Isidre Fainé asegura en un comunicado que los clientes de Bankpime pueden respirar tranquilos, ya que “con esta operación, los clientes de Bankpime gozarán de una mayor gama de servicios, tanto bancarios como de la gestora, y del respaldo de una entidad solvente y con la red de oficinas más grande del sistema financiero español”. Además, “la Caixa” garantiza a los clientes los servicios y las condiciones de los productos que ya tenían contratados en Bankpime.

La operación está sujeta a la obtención de las autorizaciones regulatorias y a la aprobación de la venta del negocio por parte de la Junta General de Bankpime. Los tres accionistas principales de Bankpime, que mantienen el 73% del capital, se han comprometido a votar favorablemente a la operación

De las doce entidades que en las pruebas del pasado marzo resultaron suspendidas y con la obligación de aumentar su capital para cumplir con la reforma del sistema financiero, Bankpime era uno de los cuatro bancos. Bankinter, cuyas necesidades ascienden a 333 millones, acordó en marzo una «emisión de obligaciones convertibles obligatoriamente en acciones por 406 millones». Su capital principal entonces era del 6,9%. La entidad aprobó después de conocer su “suspenso” que perseguiría «alcanzar un 8,23% de capital principal».

Con unos fondos propios de 16 millones de euros, exactamente los que paga CaixaBank ahora, el banco de la pequeña y mediana empresa perdió ocho millones durante el primer semestre del año. Bankpyme había llegado a un acuerdo con el grupo sudamericano Koka Investment, de la familia Bellostá, por el que tomarían una participación de control del 30% por 15 millones de euros. Pero los socios de referencia de Bankpyme (Mutua Asegurada, Hesperia y el Banif portugués) rompieron con Koka y ahora el asunto están en los tribunales. La ruptura parece que ha irritado al Banco de España, que amenazaba con intervenir.

La compra de Bankpime se produce después de que Isidró Fainé haya realizado el primer fichaje estrella de La Caixa desde la gran reestructuración que dio origen a Caixabank y dejó al hólding de participaciones Criteria fuera del mercado bursátil. El cuarto grupo financiero español por volumen de activos se ha hecho con los servicios de José Antonio Alepuz hasta ahora secretario general del Banco de España.

El anuncio del fichaje y de la compra de Bankpime se produce cuando finaliza el plazo de entrada del capital público del Frob en la reestructuración financiera de las cajas de ahorro españolas y en plena subasta de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que el Banco de España quiere tener totalmente cerrada a finales del próximo mes de octubre. Junto a BBVA y Santander, La Caixa es por su tamaño y solvencia una de las grandes candidatas.