En la última presentación de resultados de Bankia, ya que la del primer trimestre de 2021 corresponderá ya a la nueva CaixaBank, hubo poco sitio para la nostalgia. Sí para hacer balance. Su presidente (lo será también de CaixaBank a partir de marzo), José Ignacio Goirigolzarri, reconoce que deja pendiente la asignatura de la rentabilidad. Pero la todavía entidad nacionalizada saca muy buena nota en el cumplimiento del plan estratégico, superando ampliamente el objetivo (2.500 millones€) en exceso de capital (2.934 millones€) y en reducción de los activos improductivos: se exigía una ratio del 3% y se termina 2020 con el 2,98%.

Y eso que Bankia, ante la situación provocada por la pandemia, optó por paralizar procesos ya en marcha de venta de activos adjudicados, lo que ha hecho que éstos aumenten el 10,3%, hasta los 2.079 millones€.

También aprueba con nota la asignatura de la ganancia de cuota de mercado en prácticamente todos los productos, tanto de pasivo como de activo y de fuera de balance. El presidente de Bankia destaca especialmente las hipotecas, «una de las sorpresas positivas de esta crisis», en comparación con la de 2007-8, provocada precisamente por el desplome del mercado inmobiliario.

Las nuevas formalizaciones hipotecarias de Bankia en 2020 suponen 3.348 millones€, un 14,3% más que a cierre de 2019.  El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, apunta a que «los clientes con una situación de estabilidad han canalizado parte del mayor ahorro hacia una mejora de la vivienda», situación propiciada por los meses de confinamiento y por la extensión del teletrabajo.

Sobre la fusión, «sin novedad, va al ritmo adecuado». Descarta que la integración en CaixaBank vaya a producir pérdida de clientes, porque el entorno de tipos bajos dificulta estrategia agresivas de captación por parte de otras entidades, y porque «millones» de clientes de la nueva CaixaBank continuarán con un esquema de 0 comisiones muy similar al que tienen actualmente en Bankia.

En Bankia «jamás se nos ha pasado por la imaginación» cobrar por los depósitos de particulares (como ha empezado a hacer el BBVA), y «descartaría» que lo vaya a hacer CaixaBank.

Goirigolzarri tampoco espera dificultades a la fusión por parte de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC). «Pese a la reducción del número de entidades, los niveles de competencia no bajan sino que suben, y además las cuotas de mercado no reflejan que los bancos no solo compiten entre sí, sino también con otros operadores», como startup, fintech, y grandes tecnológicas (Google, Amazon, Apple, entre otras).

La marca Bankia desaparecerá en verano, una vez finalice el proceso de cambio a CaixaBank, que «empezará poco después del cierre mercantil de la operación, y que se hará de forma pausada pero rápida».

Vacunación contra la crisis

El presidente de Bankia cree que «no hay nada más urgente e importante que acelerar el proceso de vacunación, es la mejor estrategia». La tercera ola «desde luego va a tener un impacto en la economía en el primer trimestre de 2021», pero recuerda que «nadie se esperaba hace unos meses que a principios de 2021 ya tendríamos una vacuna que funcionara contra la enfermedad y que íbamos a ser capaces de que la población la recibiese».

José Ignacio Goirigolzarri reconoce que en algunas empresas los problemas de liquidez se están transformando ya en una crisis de solvencia, por lo que reclama agilizar los procesos para poder reestructurar la deuda de las compañías.

Pero deja muy claro que éste no es un problema únicamente español, sino que afecta a toda Europa ante la prolongación de la crisis generada por la pandemia. De hecho, la Comisión Europea está ultimando un esquema sobre cómo hacer la transición de las medidas de moratorias y avales, «que están teniendo un excelente resultado», para que la crisis de liquidez no se convierta en una de solvencia, como advierten el Fondo Monetario Internacional o el Banco de España, entre otras instituciones.