La caída de la afiliación a la Seguridad Social en septiembre, mal dato para el año

03/10/2011

Salvador Arancibia. Las cifras de evolución del paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de septiembre, que se conocerán mañana, pueden acabar de arrojar un jarro de agua fría a las pretensiones del Gobierno de cerrar el año con una ligera creación de empleo.

Las primeras estimaciones de algunos analistas independientes no están muy alejadas de que el número de afiliados de la Seguridad Social podría descender en torno a 45.000 personas, lo que rebajaría de forma sustancial el ya de por si escaso ritmo de altas que el organismo público ha experimentado en los meses centrales del verano.

De confirmarse esta caída ello significaría que el tercer trimestre mostraría en su conjunto un aumento muy pequeño en la afiliación y abriría las puertas a un cuarto trimestre de fuerte deterioro.

La evolución de la tasa de afiliación registrada a lo largo de los meses que van transcurridos de 2011 es muy similar a la del año anterior, cuando  en la segunda mitad del año se aceleró el descenso, después de alcanzar un máximo en julio. En este año ha ocurrido lo mismo, aunque el cambio de tendencia de agosto es algo más pronunciado que el de 2010 por lo que preocupa que la pendiente sea más elevada en este ejercicio que en el pasado.

Lo cierto es que los indicadores que se van conociendo sobre actividad no permiten mantener un optimismo excesivo de que la situación no vaya a resultar como la pintan. El índice de planes de compra de los hogares se ha situado en septiembre en los mínimos desde el inicio de la crisis, y la ausencia de reactivación en las compras minoristas plantean que el consumo privado mantiene su atonía. Es probable que haya una variación nula del consumo en el tercer trimestre.

Además, el mantenimiento de la tasa de inflación por encima del 3%, cuando se esperaba que en la segunda parte del año se produjera un descenso sustancial que permitiera una cierta recuperación del poder adquisitivo, no hace más que lastrar a este último.

Otro indicador que mostrará el grado de deterioro de la economía doméstica lo proporcionará esta semana las cuentas no financieras de las familias correspondientes al segundo trimestre que hará públicas el Banco de España. La contención salarial existente, junto a la reducción de las transferencias corrientes del Estado a las familias, por la finalización de parte de las prestaciones por  desempleo  y su sustitución solo en algunos casos por subsidios de cuantía inferior, harán descender de nuevo la renta disponible de las familias y por lo tanto su propensión al ahorro. AFI estima que la tasa de ahorro seguirá descendiendo para irse situando en el entorno del 10% de la renta disponible.

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