Un sinvivir

03/10/2011

Miguel Larrañaga. 03-09-2011

Hace ya tiempo que los mercados se han convertido en un sinvivir y lo más sorprendente es que hoy las cosas no hayan ido mucho peor. El cierre de Wall Street el pasado viernes ya apuntó maneras de derrumbe para el lunes europeo y, encima, las noticias del fin de semana sobre Grecia no han sido precsiamente de las buenas y para colmo, Fitch se ha despachado con un infome sobre Europa absolutamente demoledor en términos de previsiones de crecimiento. Lógicamente, los mercados han caído con fuerza en el Viejo Continente y han esperado a que la apertura de Wall Street señalara el camino.

Hubo suerte relativa, porque los dos datos macroeconómicos estadounidenses que se prublicaron tras la apertura fueron mejores de lo esperado por el mercado, lo que propició un rebote en la tendencia bajista que minimizó daños, porque el Dax había llegado a bajar más del 3% en muchos momento de la mañana europea. Pero ni con buenas noticias se arregla esto. El sentimiento es muy negativo y tras un momento de tregua propiciado por el dato de turno, las cosas vuelven a su cauce bajista.

En verdad, no me extraña. Cada día que pasa sin una solución para el problema griego es una auténtica tortura y, lo que es peor, se minimiza el margen de actuación de la Unión Europea en el problema. Cada vez más estamos al pairo de cómo sople el viento y a pesar de que solo estamos a principios de otoño, en el mercado sopla gélido como en el más profundo invierno.

No hablaré de la legendaria incapacidad de todos para resolver problemas, que todos tienen los suyo a pesar de que Obama se apresure a señalar con el dedo a Europa para tapar sus propias grietas. Simplemente, los mercados tienen la sensación de que la suerte está echada y que habrá nueva recesión. Mientras nadie les demuestre lo contrario, no esperan más allá de pequeños rebotes en una tendencia bajista que ya amenaza con hacer saltar los mínimos de 2010, cuando los índices se precipitaron a la baja en los albores de lo que hoy llamamos «crisis de deuda europea».

En fin, que oudo haber sido peor a pesar de que fue muy, pero que muy malo. El Dax retrocedió un 2,28%, el FTSE, único índice que trató de luchar contra la lógica, bajó un 1,03%, el CAC un 1,85% y el Ibex un 2,26%. Otra sesión para olvidar.

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