Si te gustan los callos y el rabo de toro, Candela es tu sitio

19/02/2021

Carmela Díaz.

Candela Restaurante (calle Uruguay, 1) ha abierto sus puertas recientemente junto a la plaza del Ecuador. Es un restaurante en el cual se esfuerzan por recuperar sabores, recetas y costumbres de siempre. Y ese es su punto fuerte: los guisos tradicionales. Su propuesta culinaria respira la esencia de las auténticas casas de comidas, prestando especial atención a los productos de temporada y el buen servicio al comensal.

Candela supone la vuelta de José María Ibáñez, alma de Semon durante trece años, que ejerce aquí de chef ejecutivo aportando su experiencia en comedores tan prestigiosos como Jockey y Akelarre. En la carta podemos encontrar una de sus recetas más célebres, las albóndigas con colmenillas (uno de los platos obligatorios que hay que pedir en este establecimiento). Al frente de sus fogones y haciendo un buen trabajo, se encuentra el gallego Pedro González Rial, exjefe de cocina de algunos de los restaurantes del Grupo Oter, mientras que de las propuestas de dulces se ocupa Jorge Pérez-Juste, formado en El Celler de Can Roca.

Con un buen producto y un recetario pensado para los madrileños, hay algunos platos que no pueden pasarse por alto. Muy ricas las croquetas de chorizo, el foie micuit hecho en casa, las alcachofas de Tudela crujientes y la tortilla de patatas estilo Betanzos para los amantes de esta versión. La carta es extensa e incluye, entre otros, anchoas de Santoña, gambas blancas de Huelva, ternera asturiana, vaca vieja gallega, el matrimonio de anchoas, los calamarcitos de potera con mayonesa de lima elaborados con tres harinas, el steak tartar elaborado a la vista del cliente y acompañado de patatas suflé o los huevos con trufa.

Pero lo que hay que probar obligatoriamente en Candela, además de las albóndigas con colmenillas son el rabo de toro –al estilo cordobés y sin harina– y sus impecables callos a la madrileña –con pata, morro y un puntito agradable de picante–. También sobresalen los arroces –a banda, de bogavante, de rabo de toro y boletus y fideuá negra con chipironcitos y langostinos. Todos los postres son caseros y entre los que más destacan se encuentra la tarta de queso cremosa, el coulant de chocolate con corazón líquido y helado de violeta (buenísimo este helado) o la tarta fina de manzana.

La carta de vinos la compone una cuidada selección de más de veinte referencias en la que, a excepción de algunos clásicos de alta gama, se apuesta por etiquetas de autor y denominaciones de origen menos habituales –Toro, Bierzo, Ribeiro, Ribera Sacra…-. El objetivo es ofrecer una buena relación calidad-precio en los vinos.

Candela Restaurante cuenta con dos ambientes diferenciados. En la planta superior se encuentra la zona de barra, con mesas altas y pantallas para ver el fútbol. Aquí funciona una carta de formato más informal (con horario ininterrumpido) que se completa con una amplia lista de cócteles tanto clásicos como contemporáneos. En la planta inferior se encuentra un salón más formal y una mesa especial, apartada y con vistas a la cocina. También disponen de dos reservados, terraza exterior y servicio de delivery. 

El precio medio en la barra es de unos 25 euros y en el restaurante de unos 45-50 euros por comensal.

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