Nadie esperaba una cifra de paro registrado de septiembre, 4.226.744 personas,  como la que finalmente ha certificado el Ministerio de Trabajo. Nadie, salvo el propio ministerio que conoce las cifras día a día ya que el día anterior responsables de este departamento no querían ni contestar a una pregunta de aproximación de cómo iba a resultar al final la estadística.

Los analistas privados calculaban una cifra sensiblemente inferior a la definitiva pero no a tanta distancia de la del año pasado. Hay que tener en cuenta que el desempleo ha duplicado la cifra de septiembre de 2010, cuando fue de 46.000 desempleados más. Y estos mismos expertos hablaban de una caída de la afiliación a la Seguridad Social de unas 45.000 personas en septiembre cuando la realidad se ha acercado a las 65.000. “Es volver a las cifras de 2009 para que nos hagamos una idea de cómo está evolucionando el empleo”, señalan en AFI.

Todo lo que había caminado en positivo en los meses centrales de verano se ha venido abajo. El sector servicios, especialmente la hostelería y el comercio (es decir los sectores más ligados directamente a la actividad turística) es donde más se ha dejado sentir el crecimiento del desempleo. Adicionalmente, el inicio de los ajustes en materia de educación y sanidad por parte de las administraciones autonómicas han contribuido al aumento del paro en estos sectores, algo que tradicionalmente no ocurría.

Lo peor del dato no es el mismo en sentido estricto, con ser muy grave. Lo que preocupa a los analistas es lo que apunta la tendencia de los todos estos meses y la necesaria revisión de lo que puede ocurrir, a peor, en los meses venideros.

Efectivamente, con las previsiones anteriores a conocerse el dato de septiembre, lo que se podía anticipar era que la EPA del tercer trimestre daría un aumento del número de ocupados entre 30.000 y 40.000 personas. Esta previsión ya era inferior a la cifra registrada en el tercer trimestre del año pasado cuando los ocupados aumentaron en 70.000. Con la realidad de septiembre, la previsión para el conjunto del trimestre rebaja el crecimiento del número de empleados prácticamente a cero o muy ligeramente positivo.

El problema estriba en que a la luz de todo esto, y teniendo en cuenta que los indicadores adelantados de actividad de la última parte del año están cayendo de forma acelerada, la situación del cuarto trimestre también va a empeorar sobre las previsiones anteriores.

El frenazo en la actividad en España, pero sobre todo en la Unión Europea y el conjunto del mundo desarrollado, tiene repercusión inmediata sobre las perspectivas de futuro de las empresas e industrias españolas que han basado parte de su supervivencia en encontrar nuevos mercados exteriores que ahora parece que se secan. La ausencia de crédito por parte de las entidades financieras está impidiendo que buena parte de las empresas canalicen sus capacidades de producción.

Con todo esto, si la previsión era que al final del ejercicio la pérdida de ocupados pudiera situarse en torno a los 145.000, similar a la del año pasado, ahora todo indica que esta cifra será claramente superior y que no cabría sorprenderse si superara  los 200.000. Eso implicaría que el mínimo de ocupados, que se consideraba se había alcanzado en el primer trimestre de este ejercicio, puede que realmente se alcance en el cuatro trimestre o incluso que el deterioro se profundice aún más y el primer trimestre de 2012 sea aún peor que todos los anteriores en cifras absolutas.

Justo el mismo día en que se han dado a conocer las cifras de desempleo se han hecho públicos los resultados de una encuesta del CIS sobre percepción de la situación económica. El 80% de los encuestados consideran que el paro es el principal problema del país, porcentaje que se reduce a algo más de la mitad cuando contestan que es su principal problema personal. En esta misma línea el 75% de los entrevistados consideran nada o poco probable que pierdan su empleo en los próximos dos meses, mientras que el 17% si piensan que es probable o muy probable que ocurra. En cualquier caso los porcentajes son mejores que los recogidos por una encuentas similar en julio.

Respecto a su opinión sobre la economía en general constituye el segundo problema en importancia para casi el 50% de los encuestados. El 27% considera buena o muy buena su situación económica personas y un 49% regular. Quienes piensan que empeorará dentro de un año son el 14,% y quienes creen que seguirá igual el 58%. Para un 18% será mejor.