Sus vidas corrieron paralelas y ambos dedicaron sus esfuerzos a conseguir lo hasta entonces imposible: un «interfaz amigable» para los ordenadores. Ambos lo consiguieron desde distintas ópticas y aunque Jobs insistió siempre en que «Windows no hizo sino copiar de Apple«, las biografías de ambos demuestran que ya en sus primeros tiempos tuvieron una intensa relación.
Sus respectivas novias eran amigas y hay suficientes citas y anécdotas de los cuatro para ilustrar la veracidad de la historia. Una de ellas habla de una llamada de Gates a altas horas de la madrugada a casa de Jobs haciéndose pasar por un inversor interesado en su Macintosh. Al parecer, Jobs no tragó, pero la conservó la cinta del contestador automático durante años y finalmente se la regaló a Bill Gates.
Pero lo que pocos saben es la importancia que Bill Gates tuvo en el resurgir de Apple. Cuando Jobs volvió a la compañía que él mismo fundó tras un exilio en el que tuvo éxitos tan fulgurantes como Pixar o NeXT, Bill Gates invirtió 150 millones de dólares en acciones de Apple y renunció a estar presente en su consejo de administración. Favor por favor, Apple aceptó el Office para Mac y empezó a distribuirlo.
Corría el año 1997 y fue el comienzo del fin de una rivalidad eterna pero solo aparente. Jobs mantuvo la apariencia de rivalidad y Gates lo aceptó de buen grado. Siguiendo este juego, los asistentes a la MacWorld de 1997 quedaron perplejos al ver a Bill Gates aparecer en una gigantesca pantalla por videoconferencia y charlar animadamente con Steve Jobs.
Hace cuatro años, ambos volvieron a aparecer juntos en el evento anual de un conocido blog tecnológico americano, pese a que Jobs volvió a sacar a relucir su «pose protestona» cuando se enteró de que compatiría mesa con Gates. «Es como llevarle un vaso de agua a alguien que está en el infierno«, espetó a los organizadores del evento al tiempo qu aceptaba la invitación. Enterado del comentario de Jobs, Gates le dijo antes de comenzar el evento «al parecer soy el representante del infierno en este acto«, echaron unas risas y compartieron conferencia durante muchos minutos con una complicidad que dejaba claro que aquello no era una nueva amistad.
Hoy, Gates ha manifestado que echará de menos «inmensamente» a Jobs. A muchos les sonará raro, pero es cierto, fueron mucho más amigos de lo que Steve Jobs jamás estuvo dispuesto a admitir públicamente.
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