Florentino Pérez, presidente de ACS, está inmerso en uno de las operaciones más relevantes de los últimos años para la empresa de infraestructuras que dirige. Vende Cobra a los franceses de Vinci e hace pública, solo horas después, una oferta para comprar Autostrade, filial del grupo Atlantia, que lleva meses negociando su venta. Ha anunciado que está dispuesto a pagar 10.000 millones de euros por la empresa de autopistas.

ACS materializaría la operación con otros inversores y de momento compite con la presentada por el banco Cassa Depositi e Prestiti (CDP) que, junto a fondos de infraestructuras, no ha logrado hacerse con un compañía que cuenta con una red de 3.000 kilómetros de carreteras de peaje. Pero en lugar de competir, podría acabar en una alianza, según ha manifestado Florentino Pérez.

La oferta de ACS, que ha comunicado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), reafirma los objetivos que mostraba en una carta dirigida a la compañía que controla la familia Benetton, destacando que el plan de ACS es idóneo para el futuro de Autostrade. Y destacando que Atlantia y el grupo español ya son socios en Abertis.

El origen de la venta de Autostrade se remonta al trágico accidente del puente Morandi de Génova, en el que murieron 43 personas en 2018. En el tiempo transcurrido se han realizado decenas de investigaciones respecto a un posible inapropiado mantenimiento de la infraestructura. Como consecuencia, el Gobierno italiano acordó con Atlantia la venta de la filial de autopistas. Ahora la decisión está en manos del consejo de Atlantia que tiene que elegir entre la oferta de CDP y de los fondos por Autostrade, que ofrecen 9.000 millones de euros, y la de ACS, 10.000 millones. O por una posible alianza.

^Pero la operación es muy compleja. Florentino Pérez está abierto a socios, básicamente empresas italianas, para asumir la inversión y crear un gran grupo de concesiones europeas. Y también con el objetivo de  evitar así el posible rechazo por parte del Gobierno italiano, presidido por Mario Draghi, a que la red de autopistas pase a estar bajo el control de una empresa extranjera.