Duro Felguera intenta evitar la quiebra, que aún no ha esquivado pese a que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) aprobará un plan de ayudas, que después fue ratificado por el Consejo de Ministros. Algunas de las condiciones que la compañía ingeniería debía cumplir para poner en marcha el apoyo estatal por 120 millones de euros todavía están estancados o en fase de negociaciones. Las entidades financieras acreedoras siguen sin aceptar las condiciones de la reestructuración en el nuevo escenario, mientras que tampoco cuenta con un socio que se comprometa con el futuro de la empresa asturiana.
Como consecuencia Duro Felguera no ha recibido ni un euro del préstamo participativo de la entidad pública y la prórroga acordada para que la compañía resolviese los temas pendientes se agota: concluye el 30 de abril. Además la SEPI ha exigido la salida del consejero delegado de Duro, José María Orihuela antes de entrar en el consejo de administración. Medios asturianos señalan que Juan Ramón García Secades, expresidente de Hunosa, es un firme candidato.
Si bien la falta de un nuevo accionista que aporte fondos, pese a los candidatos que han desfilado ante la empresa, es casi el obstáculo más relevante al que se enfrenta la compañía. Para la SEPI parece que se ha convertido en una condición indispensable antes de entrar su capital. Sea cierto o no, medios consultados señalan que el Gobierno quiere ser más estricto después de la polémica creada por las ayudas a la compañía aérea Plus Ultra.
El rescate fue aprobado por el Gobierno el pasado 9 de marzo y los 120 millones que suma se reparten entre la suscripción de una ampliación de capital, un préstamo participativo y uno ordinario. La primera fase se elevaba a 40 millones. La banca acreedora, por su parte, se comprometió a reestructurar la deuda, con prórrogas en los vencimientos más una nueva línea de avales.
Las entidades bancarias acreedoras (Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Bankia, BBVA, Liberbank y Banco Cooperativo), que ahora cuestionar parte del preacuerdo, habían negociado durante tres años la refinanciación de la deuda sindicada de Duro Felguera que se eleva a 85 millones de euros.
Mientras, Duro ha traspasado el 40% de las acciones de su filial vinculada a la comunicaciones del área de defensa, Epicom, a la SEPI. Esta compañía que desarrolla criptosistemas para proteger comunicaciones estratégicas de la Administración fue adquirida por Duro Felguera a Amper en 2013.
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