Partidos creíbles

26/04/2021

Josep M. Orta.

Desde hace tiempo podemos constatar que hay partidos que actúan de acuerdo a lo que prometen en sus actos y otros que prometen y después, según sople el viento, no se le caen los anillos para hacer lo contrario de lo que anunciaban, e incluso saltarse a la torera los pactos a los que pueden haber llegado.

La Comunidad de Madrid está en la recta final de campaña. Si todas las elecciones tienen sus consecuencias más allá que el estricto sentido de lo que se votaba, estas madrileñas tienen sesgo de unas elecciones generales anticipadas donde se decide no sólo el gobierno de la Comunidad si no el futuro de toda España.

Hay dos formaciones cuyos planteamientos son absolutamente nítidos y lo que prometen, si los números lo permiten, están dispuestos a cumplirlo al pie de la letra (quizás en este grupo cabría Más Madrid, pero esta formación no la controlo tanto). Vox está claro lo que haría si lograra el gobierno y pone toda la carne en el asador para ejecutar su programa incluso sin ganar las elecciones. Son claros y quien los vota sabe lo que espera de ellos. Algo parecido sucede con Unidas Podemos, donde la credibilidad de lo que anuncia es una promesa que puede realizase si los números lo permiten. La diferencia es que mientras los segundos lo hacen dentro del sistema democrático los primeros en numerosas ocasiones (siendo amables) rozan la legalidad.

Para el resto de partidos vale aquello de “lo que se dice en campaña no hay que hacerle mucho caso” y el electoralismo y las encuestas son las que en muchos casos determinan su actuación. Vamos al polémico debate de la cadena SER. Díaz Ayuso, consciente que todo su pescado está vendido y que el viento le viene de cara no se arriesga a confrontar con sus rivales. No sea que un tropiezo le fastidie su favorable situación. Sin embargo su populista campaña se acerca muchas veces a la de VOX, contrariando a la de su dirigente Pablo Casado. Los populares una vez son de centro y otras hacen la gara a gara a una extrema derecha que muchos etiquetan de fascista. Este desconcierto de que vale todo para ganar quedo patente con la reacción en el debate. Mientras el PP de Madrid lo aplaudía (“Iglesias cierra al salir”, tuit borrado minutos después), Pablo Casado condenaba la violencia y calificaba de “muy grave” no condenar las amenazas que Iglesias, Marlaska y Gámez recibieron, postura que fue secundada por Díaz Ayuso.

El resto de asistentes en el debate tardaron se tomaron su tiempo en reaccionar y no se levantaron de sus sillas hasta casi una hora rato después, quizás en este tiempo hicieron sus cálculos electorales. Después los socialistas hacían llamamientos a defender en las urnas la democracia.

Tampoco en el PSOE son ejemplares en el cumplimiento de su programa y de sus promesas y si en campaña buscan el votante de izquierdas después les gusta gobernar como si fueran de derechas, olvidando con demasiada frecuencia su ideología socialista y su republlcanismo.

Lo que pasó en la cadena SER ha sido clarificador a los que tenían dudas. Ahora el mapa político está más claro: todos los partidos han quedado retratados y el votante sabe lo que puede esperar de ellos, unos ofrecen certezas y otros incertidumbres.

¿Te ha parecido interesante?

(+2 puntos, 2 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.