Bruselas se da una semana para recapitalizar la banca

10/10/2011

Maite Vázquez del Río. Los Veintisiete tendrán que elaborar un plan de recapitalización para el 23 de octubre, mientras la troika de inspectores presentarán ese mismo día su informe sobre la economía griega para desbloquear su rescate.

Con la que está cayendo, pero las autoridades comunitarias se lo toman con calma. Es de esperar que con tanto tiempo los mercados se queden aplacados y de una vez se solucionen los problemas que no han resulto ni test de estrés, ni rescate, ni declaraciones oficiales y oficiosas, ni mensajes de calma. Hay bancos en Europa que tienen que ser nuevamente intervenidos, tres años después. Dexia es un claro ejemplo de lo que está sucediendo cuando la deuda soberana lleva al límite a los países de la venden y a las entidades financieras que la compran. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, lo habían decidido, «hay que recapitalizar los bancos europeos». Es la única salida viable antes de que las entidades financieras sigan por la senda iniciada por el banco franco-belga.

Pero la UE ha decidido posponer la cumbre prevista para diseñar el plan de recapitalización hasta el próximo 23 de octubre, justo seis días después de lo inicialmente previsto, según ha confirmado este lunes el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. La razón esgrimida es que los países necesitan tiempo para cerrar el plan de recapitalización de la banca y llevarlo todo «mascado» cuando se celebre la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete. Esta cumbre se celebrará en paralelo a una reunión de los principales estadistas de la eurozona.

Van Rompuy ha explicado -ese parece ser su papel principal en los últimos meses- que con el retraso se podrán «concluir una estrategia» para afrontar «la crisis de deuda» del euro, según asegura en un comunicado. No es una tarea fácil ya que los Veintisiete deberán acudir con los deberes hechos, entre los que se encuentra diseñar un plan para la recapitalización de la banca, la prioridad de la eurozona en estos momentos en que todas las previsiones apuntan a volver a rozas la recesión.

En teoría, el plan de recapitalizacón va a ser la última medida para atajar de una vez por todas los problemas del sector bancario y la crisis griega. Precisamente sobre Grecia ese mismo día 23 de octubre está previsto que la UE reciba la fotografía exacta de cómo se encuentra la economía helena, dado que la troika de especialistas (Comisión Europea, FMI y BCE)  enviada a Atenas deben presentar su informe donde se analizan en profundidad el alcance de las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno de Yorgos Papandreu.

Si Grecia obtiene el visto bueno de los inspectores todo empezará a funcionar, al desbloquearse el sexto tramo del primer rescate de las instituciones interanacionales, alrededor de 8.000 millones de euros, porque el país heleno ya no tiene liquidez alguna para afrontar sus pagos, como el que debía haber hecho a Dexia, hasta mediados del próximo mes de noviembre.

Una recapitalización pensada más para los Estados

Esta vez del Banco Central Europeo (BCE) mira el plan de capitalización de la banca europea que vaya destinado a los Estados que a las propias entidades. El Fondo de Rescate europeo, dotado con 440.000 millones de euros, por tanto, serviría más de aval de las emisiones de deuda soberana de los estados, sobre todo español e italiano, más que a los bancos que puedan verse en apuros. Para el vicipresidente del BCE, Vítor Constancio, ha explicado que con esta decisión los recursos del fondo tendrán un «efecto multiplicador» ya que ni recapitalizarán bancos o se comprarán bonos en el mercado secundario de deuda.

Con ello se aplicaría a rajatabla una de las funciones del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera: salvaguardar la estabilidad financiera de forma eficaz. Todo lo demás (ir de compras al mercado secundario…) sería hacerlo menos eficiente, dado que para el BCE en estos momentos más urgente que recapitalizar las entidades con problemas (de eso se tendrán que encargar sus propios países, como ejemplo Dexia y Bélgica), es «apoyar las nuevas emisiones de bonos», explicó Consancio, que puso como ejemplo las emisiones de España o Italia. El fin sería acabar con el contagio de la crisis de deuda, ya que son ahora España e Italia los que están en el punto de mira de los mercados. No obstante, este «apoyo» estará condicionado a «condiciones estrictas» en el cumplimiento de alcanzar el objetivo de déficit y de puesta en marcha de las reformas estructurales.

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