El mal estreno de Ecoener en Bolsa, la primera del grupo de empresas renovables que tenía previsto salir al mercado de valores este año, ya ha tenido una primera consecuencia. OPDEnergy, que la seguía en el proceso, ha anunciado que retrasa su salto al parqué.
Ecoener cerró ayer su primera sesión bursátil con una caída del 15,25%, hasta cinco euros por acción, frente a los 5,9 euros de salida. La compañía que dirige Luis de Valdivia ya tuvo que recomponer el plan previo: retrasó la fecha inicial y fijó el precio en 5,9 euros, el nivel más bajo de la horquilla que se había marcado con anterioridad –entre los 5,9 euros y los 7,25 euros por acción-.
Ahora le tocaba el turno a OPDEnergy, que debía fijar este miércoles el precio definitivo de su colocación, para salir a Bolsa el viernes, 7 de mayo. Había establecido una horquilla de entre 4,26 euros y 5,2 euros para obtener entre 375 millones de euros y 425 millones de recursos, según consta en su folleto de colocación, aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La colocación, al igual que en el caso de Ecoener, tenía como objetivo la obtención de recursos para financiar los planes de desarrollo de sus proyectos.
En medios bursátiles se ha analizado desde hace semanas si el mercado se enfrentaba a un exceso de empresas de energías renovables apelando a los inversores para obtener recursos. Una de las primeras empresas del sector que había sondeado la posibilidad de saltar al parqué, Capital Energy, optó al final por descartar esa vía y elegir otros medios de financiación.
Estas decisiones meter presión a Acciona que planea una operación de mayor envergadura. Tiene previsto llevar a Bolsa su filial de renovables, que está valorada en más de 10.000 millones de euros. A su favor cuenta la diversidad de los activos y la aportación revalidada a los beneficios del grupo. Si bien la compañía controlada por la familia Entrecanales tiene capacidad para materializar sus proyectos de crecimiento.
La otra gran operación la protagonizaría Repsol que proyecta compartir el capital de sus filial de renovables con otros accionistas, ya sea provenientes de una posible operación de venta de acciones (OPV) o a través de un socio o socios que entrasen en el accionariado. Esta segunda posibilidad toma más fuerza y podría ser más factible por el interés de los fondos que invierten en energías o en infraestructuras en tomar posiciones en compañías que aseguren retornos y porque se trataría de una negociación más restringida.
Para los analistas una causa de los problemas que encuentran las empresas de energías renovables de cara a su salida a los mercados bursátiles es el exceso de optimismo en las valoraciones, que son, a su juicio, demasiado elevadas. También que los inversores quieren una compañía con un atractivo nicho de actividad, con mayor diferenciación al resto de la oferta.
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