El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su intervención en un acto organizado por la Universidad Francisco de Vitoria.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aprovecha un acto del Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico de Gobierno de la Universidad Francisco de Vitoria para reclamar a los poderes públicos «alguna decisión» sobre las pensiones, debido a que seguirán presionando las finanzas públicas ya que la sociedad no ha admitido los límites a su revalorización dispuestos en la última reforma del sistema.

La presión de las pensiones sobre el gasto público se elevará en un punto del PIB por década en los próximos 30 años. «Tenemos que tomar alguna decisión sea por el lado de ingresos o por el lado de gastos para compensar ese incremento», advierte.

El gobernador insiste en que el Gobierno debería empezar a trabajar en un plan de consolidación fiscal para cuando España recupere los niveles económicos previos a la pandemia. «Como consecuencia de la crisis, y de algunas medidas que se han adoptado, el déficit estructural probablemente se eleve hasta niveles cercanos a cinco puntos de PIB».

Sobre esta senda de consolidación, «todo sería mucho mejor si creciéramos más», pero para ello es necesario «afrontar las razones por las que el crecimiento potencial de España es reducido».

Pablo Hernández de Cos cree que «no es el momento» ni de subir impuestos ni de reducir gastos, aunque «sí es el momento» de diseñar el ajuste fiscal para ejecutarlo cuando España haya recuperado sus niveles económicos previos a la pandemia, previsiblemente en 2023.

El gobernador del Banco de España señala hay dos aspectos que las reformas laborales hechas tras la última crisis no resolvieron: el elevado porcentaje de trabajadores con contratos temporales y el paro estructural. La temporalidad tiene «efectos muy negativos» para la economía, ya que lastra la productividad, genera desigualdad y es un desincentivo para las empresas para invertir en capital humano.

A la Unión Europea le falta un mecanismo de estabilización y un fondo de garantía de depósitos común y una mayor integración de los mercados de capitales. Cualquier reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea tiene que pasar por lograr que los países generen márgenes de maniobra en épocas de bonanza para usarlos en épocas de crisis.

Sobre los fondos europeos, el gobernador del Banco de España avisa que va a ser «muy importante» la implementación y ejecución de las reformas. Como el programa tiene previsto durar varios años, considera positivo que se revisara anualmente y así «aprender sobre la marcha». Y reclama consenso político, ya que «los problemas estructurales requieren reformas estructurales», y el carácter estructural solo se puede lograr con permanencia en el tiempo. De lo contrario, se experimentarán reversiones de esas políticas siempre que haya un cambio de signo político.