Unespa acusa al Gobierno de echar “gasolina a la hoguera retirando beneficios fiscales” al ahorro

11/05/2021

diarioabierto.es. El ahorro previsión debe reinventarse en un entorno de tipos bajos continuados para hacerse más atractivo a los clientes sin perder de vista la solvencia, afirma su presidenta, Pilar González de Frutos, en la primera jornada de la Semana del Seguro.

“Vivimos un entorno de reducción progresiva del ahorro, en una evolución en la que, ciertamente, nuestras autoridades le han echado gasolina a la hoguera retirando beneficios fiscales probablemente en el peor momento para haberlo hecho”. Es la rotunda afirmación de Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, durante su intervención en el Foro de Alta Dirección Aseguradora, que abre la Semana del Seguro, organizada por Inese, y que se prolongará hasta el 13 de mayo

Aporta datos: en 2020, el esfuerzo de ahorro-previsión de los hogares españoles pasó del 0,7% de su renta disponible al -0,6%, lo que supone que se ha retirado dinero de la ‘hucha’ de la jubilación para hacer frente a la pandemia. Dejaron de destinarse para la jubilación 13 de cada 1.000 euros, cuando a principio de siglo el ahorro sumaba 42 euros.

El ahorro previsión debe, por tanto, reinventarse en un entorno de tipos bajos continuados para hacerse más atractivo a los clientes sin perder de vista la solvencia. Para ello, se requiere la colaboración público-privada, que es la forma de hacer el ahorro destinado a la jubilación verdaderamente eficiente.

El menor ahorro para la jubilación, junto a “otra tendencia estructural” como el crecimiento “moderado” de la base de clientes, hace que “nos tenemos que preparar para un escenario global de crecimiento objetivo bajo”, advierte la presidenta de Unespa.

Además, en la sociedad post pandemia aparecerá «la demanda de nuevos protectores”, lo que obligará a las entidades aseguradoras a “ser capaces de mejorar nuestras estructuras y procesos de contacto y atención al cliente, así como nuestra presencial social”. Esta situación es una “oportunidad de oro” para el sector, siempre que se logre «un seguro más transparente, más empático, más cercano y, a la vez, crecientemente tecnificado y digitalizado”, mediante un uso «racional, adecuado y humanamente sostenible» de los recursos tecnológicos.

El consumidor del siglo XXI «quiere todas las ventajas de la tecnología, pero no confiará la protección de sus riesgos a una máquina, porque las máquinas no hablan su lenguaje», avisa la presidenta de Unespa.

En definitiva,  dar más servicio, prestarlo en mejores condiciones y «tener la creatividad de generar servicios innovadores que respondan a la existencia de riesgos viejos no cubiertos, o de riesgos nuevos».

En este nuevo escenario ha desaparecido la certidumbre, por lo que el seguro debe convertirse en proveedor de estabilidad y de certezas, y hacerlo con transparencia: «No podemos proteger a quien no entiende cómo le protegemos o desconfía de nuestros silencios».

 

 

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