Estaban los ánimos para pocos juegos malabares y, efectivamente, los índices americanos se han conformado con muy poca cosa. Cierto es que no todos los días pueden ser como estos últimos, pero también es cierto que desde el comienzo de sesión se vio bastante claro que hoy no sería el día de las subidas y, en todo caso, sería el de los recortes, pero tampoco ha sido así. Ha sido una sesión de esas de sin pena ni gloria, de las del montón.

No obstante, el hecho de que no hayamos entrado en pérdidas abultadas tras el no eslovaco a la ampliación del Fondo de Rescate europeo ya es un algo. Es cierto que se prevé que se apruebe en segunda votación porque los políticos de este país también han jugado con fuego: en primera instancia, se han cargado a la coalición de Gobierno y, en segunda instancia, aprobarán la ampliación con el apoyo, negado hoy, del principal partido de la oposición. Esta previsión de que finalmente será aprobado ha calmado al mercado, pero no es menos cierto que también podría haberse ignorado y servido de excusa para una caída abrupta.

Poco estímulo para una sesión que supone la apertura de la nueva temporada de resultados. Al cierre, Alcoa dio el aldabonazo de apertura de la temporada con unos resultados que decepcionaron al mercado. Mucho ojo a los resultados empresariales que pueden ser la baza a jugar por los bajistas si algunas empresas clave decepcionan en los primeros días de esta ronda de beneficios.

Se supone que los próximos días serán algo más movidos, pero hoy nada de nada. Al cierre, el Dow Jones se dejó un 0,15%, en tanto que el S&P 500 avanzó un 0,05% y el Nasdaq Composite un 0,66%.