Edificio de la empresa Abengoa en Madrid

El futuro de Abengoa, aunque pueda parecer difícil, se complica más. Los empresarios mexicanos Amodio se han retirado de la puja por la compañía energética y tecnológica y ya solo queda el fondo estadounidense Terramar, que no cuenta con el apoyo de la banca acreedora ni con el de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La situación de la compañía, en concurso de acreedores, podría no resistir que este periodo se alargue más.

Hay un dato adicional que añade incertidumbre. Los empresarios mexicanos, que son los principales accionistas de OHL; han desistido de optar por la adjudicación después de conocer con más detalle al situación financiera de Abengoa.

El grupo andaluz recibió esta semana una oferta no vinculante para la adquisición de Abenewco 1 (que cuenta con los activos rentables) por parte de un grupo de inversores liderados por Terramar Capital LLC, que incluye la aportación de 200 millones de euros a través de préstamos y aportación al capital.

En esta panorama la decisión que tome la SEPI es una de las claves, pero no la única. Abengoa anunció el pasado marzo que su filial Abenewco (que cuenta con los activos rentables) había solicitado una inyección financiera por 249 millones de euros al fondo que gestiona la SEPI. Si bien este organismo requiere un socio industrial y solvente que garantice el futuro de la empresa y, en la misma línea, la devolución de los fondo públicos.

Y esa condición parece, según las investigaciones realizadas, que no la cumple Terramar, que, a su vez, condiciona la adquisición a recibir los 249 millones de euros -una de las peticiones más elevadas recibidas por la entidad-. También está una reticente banca acreedora hacia Terramar que prefería la oferta de los accionistas de OHL.

El dilema de la SEPI, llamada a ayudar a las compañías con problemas operativos y financieros debido a la pandemia, es complejo. Tiene esa misión, encomendada por el consejo de ministros, pero tiene que vigilar que el dinero público no se gestione mal. Además la crisis del grupo andaluz no es de ahora, cuenta con más años de historia, que provocó, en una de sus etapas la salida de la familia Benjumea, relacionada con su creación. Ha vivido dos rescates y batallas entre accionistas. Datos que también están en contra de la salvación por el Estado.

Pero a favor de encontrar una solución juega la importancia que este grupo ha tenido y que es el más emblemático de la comunidad andaluza.