El ingeniero industrial Marc Murtra es nombrado presidente de la empresa tecnológica Indra después de seis años marcados por la figura su antecesor, Fernando Abril-Martorell, quien mantuvo una relación con etapas tensas con el Gobierno socialista. Indra, que tiene como primer accionista a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) -el 18,5% del capital- y al Gobierno como su primer cliente, es la compañía más relevante para la participación española en programas internacionales relacionados con la ciberseguridad, la defensa y la aviónica.
El perfil académico y profesional de Murtra no deja lugar para cuestionar la preparación que aporta al cargo, Si bien la salida de Abril-Martorell, y la evidencia que era propiciada por la SEPI -aunque ya llevaba seis años en el cargo-, ha sido percibida por los inversores en Bolsa como un movimiento con cariz político. La compañía acumula una caída de casi el 10% desde el viernes.
Murtra ocupó una dirección general cuando Joan Clos era ministro de Industria, con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, lo que la relaciona con el PSC. Mantuvo el cargo cuando Miguel Sebastián sustituyó a Clos. Desde febrero es patrono de la Fundación La Caixa.
Desde hace semanas en la mesa de la presidencia de Indra, que ahora ocupará Marc Murtra, vuelva un tema empresarial con una relevancia que tiene también trascendencia política: la venta de ITP por parte de la británica Rolls Royce. España se está enfrentando a operaciones no iguales, pero con características similares, que ponen en riesgo sectores industriales. Como consecuencia, el Gobierno prefiere que la empresa vasca especializada en motores de aviación, forme parte de un grupo español, e Indra parece ser la opción más idónea, y fortalecer la industria aeronáutica española. El Ejecutivo vasco no solo apoya y quiere que la transacción se realice, es uno de los promotores.
No es la primera vez que se plantea la compra de ITP Aero por Indra. En 2019 se produjeron negociaciones que no prosperaron por el precio exigido la empresa británica.
Ahora ha vuelto a chocar con la posición de Abril-Martorell y la adquisición del fabricante de turbopropulsores aeroespaciales por Indra no ha superado la primera fase. Mientras, Rolls-Royce, que quiere obtener 1.500 millones de euros por su filial, se queda con Towerbrook, KKR, Bain Capital y Cinven como candidatos para la adquisición de ITP. De nuevo fondos de inversión que podrían quedarse como máximos responsables de la empresa que tiene su sede en Zamudio. Si bien Rolls-Royce se ha comprometido a no vender a un candidato que sea rechazado por el Ejecutivo.
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