El PP, hacedor de independentistas

28/05/2021

Josep M. Orta.

Cuando en marzo del 2006 los catalanes votaron el actual Estatut inmediatamente el PP inició una campaña de recogida de firmas por las españas para llevar un texto aprobado por las Cortes y refrendado por los catalanes al Tribunal Constitucional. Si en el cambio de siglo los catalanes que aspiraban a la independencia se cuantificaban en un 17%, en el 2006 se disparó al 33$ y con la sentencia del alto tribunal en el 2012 la cifra superaba el cuarenta por ciento hasta llegar al cincuenta por ciento (punto arriba punto abajo) actual.

Los populares convirtieron en separatistas a los que no lo eran. El punto de inflexión es la reunión que mantuvieron los presidentes Rajoy y Mas en setiembre del 2012 en la que el político catalán encajó el rotundo “no” a su petición de un pacto fiscal para Catalunya similar al del País Vasco, que había sido el eje de su programa electoral. Esta negativa convirtió a su partido de luchar por mejorar el sistema autonómico en un partido secesionista. Hubo consultas populares, referéndums y millonarias manifestaciones de un marcado sesgo secesionista. La comunicación entre el gobierno catalán y el central a partir de este momento fue inexistente y los enfrentamientos, vía recursos, constantes, mientras crecía la represión.

Los populares no sólo se mantuvieron en sus planteamientos si no que lograron con Ciudadanos un inestimable compañero de viaje es sus campañas, este partido, además, incluyó el idioma catalán como caballo de batalla. Posteriormente, como es evidente, se sumó VOX.

Mientras los servicios secretos montaban la “operación Catalunya” y medios policiales filtraban a la prensa espectaculares denuncias que después, normalmente, quedaban en agua de borrajas, pero su gran protagonismo mediático tuvieron no poca influencia en la opinión pública.

El referéndum del primero de octubre fue la ejecución de una promesa que llevaban muchos partidos en su programa electoral sin que la Junta Electoral dijera nada. Las imágenes que han quedado en la mente de los catalanes es la extrema violencia policial que la justicia ha pasado de puntillas. Además el objetivo de la votación era abrir una negociación, pero la respuesta fue la aplicación del artículo 155. Curiosamente en Moncloa se sorprendieron que en las elecciones posteriores las fuerzas independentistas volvieran a tener una contundente victoria.

Los jueces tampoco son ajenos a esta lucha, interpretando de una manera más que peculiar las leyes y creando una más que tendenciosa versión de los hechos. Es la guerra por el relato. El proceso judicial, tanto con el juez Llarena como con el juez Marchena, no fue un ejemplo de pulcritud como han denunciado prestigiosos juristas españoles y no pocas instituciones internacionales, como el papel del Tribunal Constitucional dejando los recursos que se le presentaban en el cajón del olvido, retrasando así el acceso a la justicia europea.

Ahora está de actualidad el tema de los indultos y el PP vuelve a promover mociones en unos ochocientos ayuntamientos para rechazar esta posibilidad, no deja de ser una nueva versión del “a por ellos”.

Muchos catalanes (cuantificables en las urnas) tienen la sensación que se ha cometido grandes injusticias en nombre de las razones de estado, se han vulnerado no pocos derechos y se usa el brazo de la justicia para hacer política. La consecuencia es que cada día son más lapersonas que van engrosando las filas independentistas por un lado y por el otro los que cualquier cosa que suene a catalán les produce urticariaY este es un mérito que se puede atribuir a los populares y a sus compañeros de viaje.

¿Te ha parecido interesante?

(+5 puntos, 5 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.