La mayor productora de carne del mundo, JBS, ha cerrado sus plantas en Estados Unidos, Canadá y Australia por un ciberataque que, según la Casa Blanca, «probablemente procede de una organización criminal con sede en Rusia».

La subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declara que «la Casa Blanca se está comprometiendo directamente con el Gobierno ruso en este asunto y está transmitiendo el mensaje de que los estados responsables no albergan a los criminales de ransomware».

El ataque se produjo desde este fin de semana y la empresa ha comunicado que ha hecho «progresos significativos» y que tendrá la «gran mayoría» de sus plantas operativas cuanto antes.

En mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para mejorar la ciberseguridad tras el ataque informático perpetrado contra el oleoducto Colonial, el más importante del país.

Entonces, la Casa Blanca consideraba «los incidentes con SolarWinds y Microsoft Exchange» como un «recordatorio aleccionador de que las entidades del sector público y privado de Estados Unidos enfrentan cada vez más una actividad cibernética maliciosa y sofisticada, tanto de los actores estatales como de los ciberdelincuentes».