Una buena opción de delivery japo

03/06/2021

Carmela Díaz.

Cuando se cumplen diez años desde que arrancara Nomomoto por primera vez en Barcelona, su servicio de delivery acaba de aterrizar en Madrid. Este lanzamiento se produce después de haber conquistado la capital con la apertura de Nomo Braganza (muy recomendable), donde la cocina de su chef Naoyuki Haginoya es capaz de mostrar la versatilidad de la gastronomía japonesa con guiños al producto local.

La andadura empresarial de Nomo nació en 2007 cuando un grupo de jóvenes decidió crear un nuevo concepto de restaurantes japoneses. Actualmente y además del restaurante madrileño, el grupo cuenta con tres en Barcelona: Nomo Gràcia, Nomo Galvany y Nomo Sarrià; tres en la Costa Brava: Far Nomo (ubicado en el Faro de San Sebastián de Llafranc), Jani en el Paseo Marítimo de Llafranc, y Nomo Nàutic (situado en el club Náutico de Sant Feliu de Guíxols; y, por último, esta línea de delivery en la Ciudad Condal y ahora también en la capital: Nomomoto.

El objetivo de Nomomoto es ofrecer una propuesta de cocina japonesa a domicilio que se sostiene sobre dos pilares: la calidad del producto local y la variedad en la oferta de platos. La marca ya ha entregado más de 320.000 pedidos en la última década y cuenta con una base de datos de más de 22.000 clientes asiduos en Barcelona que realizan pedidos online habitualmente y con una alta tasa de repetición. Ahora el público madrileño puede disfrutar en sus domicilios de una propuesta que hace un recorrido por la trayectoria profesional del en diferentes barras de sushi, izakayas y yakinukus en Tokio.

¿El secreto? Una propuesta en la que el producto local se pone al servicio de la riqueza de la cocina nipona. Entre las principales materias primas de calidad que usan en su cocina se encuentran, por ejemplo, las nueve toneladas que consumen al año de arroz del Delta del Ebro -base de sus piezas de sushi-, los siete mil kilos de salmón noruego, tres mil de atún o mil de ventresca de atún, que se seleccionan con mimo para garantizar una calidad óptima.

La carta de Nomomoto ofrece gyozas, varias versiones de yakisoba (rico el que elaboran con fideos a la plancha, langostinos, camarones de Cádiz y verduras), y arroz yakimeshi, tartares y tatakis. Además, el sushi juega un papel especial con diferentes cortes que van desde sashimis y nigiris hasta una amplia variedad de uramakis y rainbow rolls. Sin duda, lo mejor de la propuesta son las bandejas de sushi tanto por variedad, como por presentación y por sabor. Llegan en una bandeja de madera perfecta para colocar directamente en la mesa y disfrutar. Hay que decantarse por la bandeja Nomo Premium y sus 45 piezas, ideal para que tres personas queden satisfechas.

Además, el delivery de Nomo ha llegado a Madrid con la misma filosofía socialmente responsable por la que ya apostaba en la Ciudad Condal puesto que presentan un concepto sostenible que opta por la reducción del uso de plástico en sus packagings y que destina un presupuesto a la plantación de un bosque en colaboración con Tree Nation para contrarrestar las emisiones del transporte de sus pedidos.

En definitiva, tanto el delivery como el take away se han consolidado durante la pandemia como una opción que ha llegado para quedarse, lo que ha provocado que la calidad de ambas modalidades se incremente considerablemente. Sin embargo, el de cocina japonesa es el que más dificultades encuentra para mantener los estándares de calidad de los restaurantes. Nomomoto consigue una interesante relación calidad precio y presenta una carta variada.

Ticket medio: 20/25 euros.

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