Circoolar diseña y vende ropa laboral ecológica, reciclable hasta el final de su vida útil

07/06/2021

Susana de Pablos. Celina Tamagnini, cofundadora, explica el origen de este negocio circular.

Circoolar nació a finales de 2019 de la mano de Celina Tamagnini,  responsable de desarrollo producto/negocio, y Luis Ribó, director de Marketing y Comercial. Así lo recuerda Tamagnini, quien cruzó el charco desde Argentina para construir su futuro, primero en Inglaterra y en Lisboa, donde creó y desarrolló la sede de una de las agencias de comunicación referentes a nivel mundial, y más tarde, al formar parte del equipo de comunicación y sostenibilidad de PepsiCo: “Mi inquietud y voluntad de impacto me llevaron a crear Circoolar, un proyecto al que Luis Ribó se vinculó desde el minuto cero, motivado por su propósito e impacto social y medioambiental”.

Celina Tamagnini, cofundadora de Circoolar.

Para Tamagnini, Ribó “es un visionario del mundo de la sostenibilidad. De hecho, hace más de 12 años decidió dejar su cargo directivo en Tiempo BBDO —una de las agencias de comunicación referentes a nivel mundial— para dedicarse al mundo de la sostenibilidad, responsabilidad social y marcas activistas en varias consultoras sociales, creando la suya propia. Fue una historia del ‘cazador cazado’, pues Luis intentaba convencerme para diseñar acciones de responsabilidad social corporativa en la compañía donde trabajaba. Finalmente, fui yo quien lo convenció para lanzar juntos Circoolar. Precisamente por no tener una visión sesgada del sector textil y por la capacidad de pensar out of the box, sumado a nuestra inquietud y voluntad de contribuir al impacto positivo tanto a nivel social como medioambiental, hemos sido capaces de impulsar un modelo de negocio disruptivo en el mercado de la ropa laboral”.

Así fue como juntos, y con una inversión inicial de 20.000 euros, constituyeron Circoolar Ethical Workwear SL, una empresa que diseña y comercializa —desde su escaparate Circoolar.es— textil corporativo ético, ecológico y circular, en sus cuatro líneas de negocio: ropa laboral/industrial, merchandiosing textil elaborado con fieltro reciclado (por ejemplo, fundas para portátiles) y mascarillas. Y juntos, a finales de 2020, Tamagnini y Ribó iniciaron la búsqueda de una primera ronda de inversión, un capital semilla aportado por nuevos socios que les permita impulsar su negocio. En su plan estratégico, el objetivo es “alcanzar la rentabilidad en 2022 y preparar la siguiente fase de crecimiento de la compañía, explica Tamagnini”. Gracias a las nuevas fuentes de financiación, esperan acometer la expansión a otros mercados y abrir nuevas categorías. Los resultados de su plan estratégico “ya se empiezan a apreciar y todos los indicadores apuntan a que conseguiremos el objetivo de alcanzar el break even en 2022”.

Circoolar cerró el ejercicio 2020 con más de 30.000 unidades vendidas, una facturación de 156.000 euros y 25 clientes activos. ¿Cuáles son las expectativas para 2021? “Después de lo vivido y del panorama socioeconómico, es muy difícil aventurarnos. Nuestro deseo para este año esa que realmente coloquemos a la sostenibilidad donde se merece y el ser sostenible ya no sea una opción, sino la opción”, comenta tajante Tamagnini. De momento, Pepsico, Uricah, Isdin y el El Fornet están entre sus 26 clientes consolidados.

Mascarillas de talleres sociales
Circoolar ha desarrollado y comercializa las Social Mask. Son mascarillas higiénicas, reutilizables (50 lavados), eficaces (certificadas), sostenibles y de impacto social, pues su venta lleva implícita “una donación del 10% a proyectos sociales de la Fundación Roure, destinados a cubrir necesidades básicas de colectivos más afectados por el Covid-19. Gracias a clientes como Sorigué, ISDIN, Fornet o Uriach, Circoolar ha conseguido en su primer año de actividad evitar el uso de más de dos millones de mascarillas desechables. Igualmente, logró:

  • Alcanzar un residuo textil casi cero
  • Evitar residuo de más de 10.000 botellas de plástico
  • Disminuir en un 24% la huella de carbono
  • Un 62% ahorro de energía y un 91% de agua gracias al uso de algodón orgánico
  • Empoderar a más de 20 familias gracias a su confección en talleres sociales

Con dos trabajadores en plantilla, y la previsión de crear dos puestos más este año, Circoolar confecciona sus prendas y productos en talleres sociales de inserción laboral que trabajan especialmente con mujeres en riesgo de exclusión social. Entre ellos, se encuentran la Fundación Roure y la Fundación ARED. Cuando, por volumen, estos talleres no pueden asumir los pedidos, “trabajamos también con talleres profesionales auditados por terceros y con certificaciones que demuestran condiciones dignas de trabajo. En estos casos, producimos en talleres basados en Portugal o Marruecos, y seguimos donando el 10% de los beneficios a promover los talleres locales para que éstos puedan seguir creciendo”, explica Tamagnini.

Los proveedores de las materias primas para elaborar productos Circoolar están certificados, lo que garantiza que “cumplen los requisitos que establece nuestro código de conducta, documento que recoge y garantizar las normas éticas en materia de respeto a los derechos humanos, laborales y medioambientales. Además, cuentan con reconocidos sellos y certificaciones de la industria tales como el Standard 100 OEKO-TEX®, el Global Recycled Standard (GRS), o el GOTS para el algodón orgánico, por citar los más relevantes”, asegura Tamagnini.

De cara a 2022, Circoolar tiene prevista su internacionalización. No en vano, el año pasado, su principal cliente envió el 30% de su pedido a sus empleados de Portugal e Italia. “Hemos visto una oportunidad de mercado muy interesante en algunos países nórdicos donde la categoría está más madura, en concreto en Holanda, Alemania y Francia. Precisamente a estos países nos dirigiremos a corto-medio plazo en nuestra fase de internacionalización, prevista para 2022”.


Más información
⇒ Seguir en Twitter a @CelinaTamagnini y a @luisribo

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