Mientras los partidos de la derecha (PP, Vox y Ciudadanos) se ocupan de recoger firmas para que no se resuelva un problema que han creado ellos y al que a cada posible solución plantean mil problemas, la preocupación del común de los mortales más que los probables indultos lo que les preocupa es el cambio de las reglas del juego en el consumo eléctrico.

Como cuando Franco aprovechaba los meses de verano para subir los precios de los productos básicos, hoy es el gobierno más progresista de la historia quien sigue la misma táctica. Si el recibo de la luz ya era de por sí un misterio inescrutable (a su lado el de la Santísima Trinidad parece clarísimo), ahora consiguen el más difícil todavía con el nuevo sistema de tarificación, con precios distintos según las horas que se encienda la luz. Pero además incluso así los precios pueden variar según la demanda del momento. O sea que el recibo será una nueva lotería en que el usuario tiene todos los números de perder.

Y a río revuelto ganancia de pescadores. Cuando parecía que la tendencia se inclinaba para adaptarse a los horarios europeos, pues gracias a las eléctricas pretenden que vivamos de noche y organicemos un concierto de lavadoras o lavaplatos en horas de discoteca, claro que algunos ayuntamientos ya han advertido de las sanciones por el exceso de ruido…

Pero mientras nos acostumbramos (esto pasa los primeros días) con “el niño cierra la luz” o desconecta el ordenador que aunque esté apagado hay una lucecita roja que sigue consumiendo, y la televisión o el tocadiscos en cuenta gotas… pero claro esto sólo pasará al principio, después posiblemente nos olvidemos de los horarios valle y otros inventos y seguiremos utilizando como siempre los diferentes electrodomésticos, aunque cuando venga el recibo se nos retuerzan las tripas (pero como estaremos de vacaciones, ¡qué disgusto tendremos en septiembre!).

Estos días nadie habla de los numerosos hogares que ya tenían dificultades para pagar el recibo por el viejo sistema, ni de los grandes beneficios que tienen las empresas eléctricas cuya cúpula está llena de personas que han accedido al cargo gracias a las puertas giratorias, ni el gran regalo que les hicieron con la concesión de la utilización de los recursos hidráulicos…

Pero claro para tapar todo esto es más divertido dedicarse a recoger firmas contra los indultos o irse a tomar el sol en la plaza de Colón.