La subida de las cotizaciones del precio de petróleo, pese a las oscilaciones que casi siempre acompañan la evolución de esta materia prima, impulsa las petroleras en Bolsa, tanto en Europa como en Estados Unidos. Es cierto que estas empresas partían de bajos niveles por las caídas causadas por el efecto de la pandemia, si bien el precio del oro negro sí ha superado los precios previos al Covid-19 que han vuelto a los marcados en 2018. El Brent (referente en Europa) ha alcanzado los 76 dólares el barril, lo que supone un incremento del 47% en 2021, mientras el West Texas se apunta un 52%,hasta los 74 dólares el barril.

Todas las petroleras relevantes de Europa reflejan en Bolsa la trayectoria del crudo. De ese grupo, es Repsol la que mejor se comporta en los últimos seis meses. La compañía que dirige Josu Jon Imaz sube un 34% en el año y cotiza a más de 11 euros por título. La británica BP ha ascendido un 28%; la italiana ENI, un 23%; la anglo holandesa Shell, un 15%, y la francesa Total, un 13%.

Al otro lado del Atlántico, la petrolera privada líder mundial, la estadounidense Exxon Mobil, pasa en seis meses de 41 dólares a 64 dólares, lo que implica un alza del 50%. Y Chevron Texaco mejora un 27%. Sin embargo, la saudí Aramco cotiza plana en el periodo transcurrido desde que comenzó el actual año.

Los analistas estiman que a estas compañías les queda recorrido en los próximos meses con un horizonte para el crudo que podría llegar a los 100 dólares el barril en 2022. Es la proyección de Bank of America que cita tres factores para ese comportamiento. La demanda que aumentará después de los confinamientos debidos a la lucha contra la pandemia: más uso de los automóviles privados respecto al transporte público y recuperación de los viajes turísticos y de negocios.