No obstante, el Ejecutivo comunitario «en este momento no puede concluir si la adquisición de Dexia Banque Belgique es compatible con las reglas en materia de ayudas de Estado», según ha explicado en un comunicado. Por ello, ha decidido lanzar una investigación en profundidad y ha pedido a Bélgica que presente un nuevo plan de reestructuración en un plazo de seis meses.

La investigación analizará si el precio de adquisición contiene ayudas públicas y, en caso positivo, si la ayuda es compatible con las reglas de la UE sobre reestructuraciones bancarias.

Bruselas examinará en particular si el nuevo plan de reestructuración permite la viabilidad a largo plazo de las entidades que continúen la actividad, si impone a todas las partes implicadas una contribución justa a los costes de reestructuración y si limita las distorsiones de competencia causadas por las ayudas públicas.