La complicada historia de Abengoa vive una nueva etapa. El Juzgado Mercantil 3 de Sevilla ha optado por suspender de sus funciones al consejo de administración de Abengoa. La intervención tiene como objetivo facilitar la venta de la compañía energética y tecnológica al fondo estadounidense TerraMar, como había sido solicitada por la administración concursal de la compañía, representada por EY Abogados.

Como consecuencia, salen los dos únicos miembros del órgano de gobierno: Juan Pablo López-Bravo, además presidente desde finales de 2020, y Cristina Vidal. La decisión del magistrado Miguel Ángel Navarro no implica necesariamente un rechazo a la gestión de los consejeros de Abengoa, sino permitir una revisión del control de la gestión «con el fin de reestablecer la operativa diaria de la empresa».

En definitiva se intenta protegerla de actos que puedan conllevar la retirada de la oferta vinculante realizada por TerraMar por Abenewco 1 (la filial que agrupa los activos viables), y de salvaguardar la única operación que está en los despachos de Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La oferta, una vez retirada la elaborada por la familia mexicana Amodio, primeros accionistas de OHLA, se decanta como la única que puede hacer que la agencia estatal apruebe las ayudas solicitadas, condición ineludible para que el fondo estadounidense entre en el grupo andaluz.

A partir de ahora, EY Abogados estará presente en todas las negociaciones de la oferta de compra de Abenewco 1. Para la administración concursal se trata de aportar más claridad y transparencia al proceso de la venta. TerraMar Capital presentó en mayo la citada oferta final que incluye una aportación de 200 millones de euros de financiación, siempre con la condición de recibir la ayuda pública por 249 millones y a que la banca acreedora dé líneas de avales por un importe de hasta 300 millones.

Si bien en esos vínculos entre la oferta de TerraMar con la inyección de dinero por parte de la SEPI residen las dificultades para que la adquisición prospere. Por un lado, los problemas de supervivencia de Abengoa tienen su origen tiempo antes de la irrupción de la pandemia, y los fondos que gestiona la institución pública tienen como fin salvar las compañías lastradas por el covid. Y además el fondo estadounidense ha sido cuestionada por su solvencia financiera.