El discurso del miedo protagoniza la campaña

15/11/2010

Josep M. Orta. Josep M. Orta. El discurso del miedo se está convirtiendo en el gran protagonista de la campaña en todas las fuerzas parlamentarias. Unos por miedo a no ganar, otros por miedo a perder y los terceros por miedo a no pintar nada.

Joan Puigcercós (ERC), Alicia Sánchez Camacho (PP) y Joan Herrera se han sumado –por distintos motivos- al discurso del miedo que pregonan tanto Artur Mas como José Montilla en los primeros días de la campaña electoral. Estos últimos infunden el miedo a que gane el otro y los primeros el pánico que tienen en “no ser decisivos” y poder condicionar el futuro gobierno”.

A CiU le ha venido de perlas la última encuesta del CIS que lo alejaba de la mayoría absoluta (estos días corren por Catalunya encuestas para todos los gustos). Ello le ha posibilitado lanzar un vídeo personalizado para que su militancia lo difunda en el que señala “El tripartito se puede reeditar gracias a XXX”. El contenido explica que el triunfo de CiU puede venir de un voto, el del personaje en cuestión, y el propio candidato insiste en que si las fuerzas del tripartito suman los votos necesarios, volverán a pactar, “diga lo que diga Montilla”. El miedo de los nacionalistas es que como todo el mundo les pronostica una holgada victoria el temor desmovilice a su militancia. Mientras tanto Mas contempla con satisfacción el bajo tono de la campaña y que los piques entre los diferentes dirigentes no dejan de ser balas de fogueo. Los responsables de la campaña de CiU lanzan como mensaje el «miedo a perder».

El PSC, con el eslogan “ni independentista ni de derechas”, trata de presentarse como la única fuerza capaz de hacer posibles “las reformas económicas, las políticas sociales y la ambición nacional contenida en el Estatut”. También señala que ”no quiero que un país de izquierdas tenga un gobierno de derechas”. Ahora los socialistas concentran sus esfuerzos en movilizar a su electorado del cinturón rojo. Felipe González, que es un ídolo en esta zona, no habló de Catalunya en todo el mitin. Rodríguez Zapatero, el domingo, recuperó el discurso de la laicidad después de que callara la semana anterior ante las declaraciones de Benedicto XVI, esta vez lo que evitó es hablar del Sahara. Sí que acusó al PP de promocionar la catalanofobia tanto en determinados ambientes de Catalunya como en el resto de España. Montilla, en sus actos, transmite el miedo de que si su militancia no va a votar “volverá la derecha” y augura un posible pacto entre CiU bien con el españolista PP o su aún socio en el Govern, la separatista ERC.

Por su parte ERC y el PP tienen el mismo discurso, aunque la finalidad sea diferente. Unos y otros reclaman sus votos para evitar un gobierno monocolor de CiU. El PP para impedir que el futuro gobierno tenga un política excesivamente nacionalista mientras que ERC para evitar que el PP imponga sus tesis anticatalanas. O sea, miedo a no pintar nada en el futuro Parlament.

Puigcercós y el déficit

Entretanto Joan Puigcercós calentó el ambiente cuando aseguró que “Madrid es una fiesta fiscal y en Andalucía no paga ni Dios”. Ayer, en su blog y en una rueda de prensa, aseguró que su afirmación era “una frase en un mitin” y que “no es verdad que en Andalucía no paga ni Dios”, pero sí que tiene sentido su denuncia de que Catalunya sufre un trato discriminatorio. Asegura que en Catalunya la Agencia Tributaria recaudó en el 2008 por la vía ejecutiva 331 millones, en Madrid 155 y en Andalucía 54. “A mí, personalmente, lo que me parece monstruoso es el déficit fiscal de 20.000 millones de euros que año tras año afecta a Catalunya”. Acaba el artículo con un “perdonen las molestias, pero alguien tenía que decirlo”.

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