Estamos en el hotel Banke de París, pequeño consulado español en tierras galas. Antes de sentarse a cenar, bajo las cabezas de los toros dorados de dEmo artist, Rossy de Palma me dice, al ver mi cartera apoyada en el suelo;”Nena, el bolso encima de la silla, que el dinero se escapa”. Luego, se pide una ensalada y vamos hablando de Almodóvar, Strauss-Kahn, los indignados de la Puerta del Sol y de lencería fina, la que diseña para Andrés Sardá y que rinde homenaje al burlesque, a los años 50 y al dragón protector que lleva tatuado a fuego en su antebrazo. Su colección de lencería –bodys, culottes, tangas, sujetadores balconet con efecto push up-  ya está a la venta y en dos colores amatista y negro. Las hay con y sin brillantitos de Swarovsky, pero toda ella está realizada en jacquard de lycra con apariencia de tul, pero a todas las piezas, sexy, es la palabra que mejor las definen. Se espera que el éxito de público y crítica motiven una segunda colección..

¿Primera colección de lencería?

Pues sí. Digamos que es una colaboración y hacerlo con Andrés Sardá es como hacer acrobacias con red porque sabes que estás protegida.

¿La falda de flecos que tapa el tanga está inspirada en tu flequillo?

No, yo no vivo en ninguna casilla porque definirse es limitarse. Cuando estas por inventar eres infinita y yo me reinvento todo el rato. No hacerlo es algo que no me puedo permitir. Soy como la materia que me muto sin parar.

Es una colección insinuante y sexy ¿producto de algún fetichismo?

Algunos fetiches tengo pero son placebos. Me los invento y me los creo. Son fetiches placebo como una pulsera que me invento que me da buena suerte o el tatuaje del dragón chino, que llevo en el antebrazo e inspira toda la colección de lencería, que me creo que me protege.

Presentar la lencería en París supongo que ayuda mucho porque aquí eres un icono, no sólo por ser musa de Gaultier, es que tu cara decora de vez en cuando las marquesinas de esta ciudad.

Me siento muy querida aquí. Yo siempre estoy con un pie aquí y allí. Digamos que aquí me siento respetada pero también en España voy por la calle y me siento querida.

Hablas de Pedro y es Almodóvar, Victoria y es Abril o Jean Paul y es Gaultier. Eres una ciudadana del mundo celebritie.

Eso de ser celebritie es muy moderno prefiero ser icono porque eso de famoso o de celebritie no me gusta nada y además, está muy adulterado. Digamos que me veo popular. Al principio me daba una rabia tremenda porque no me lo merecía no había hecho aún nada, ahora, lo agradezco porque a estas alturas sí que ya he hecho cosas.

¿A la lencería, qué le sigue?

Tengo otros proyectos textiles pero aún están en proyecto. Estoy todo el rato creando canciones y cuando pueda comprarme unos meses para mí misma crearé un espectáculo completo con baile, video arte y música con un cuarteto. Estoy habitada de cosas interesantes que quiero ver y hacer.

¿Después de lo que llevas vivido qué te parece Lady Gagá?

Me gusta su deseo de ser y de estar pero los que hemos vivido los ochenta no alucinamos con sus looks porque eso lo hemos visto ya. Fíjate en cómo era Nina Hagen. En mi caso, estoy pendiente de lo que me excita como artista. Me siento fresca y curiosa porque no termino de acabarme.

¿Harías un reality como Alaska y Mario para la televisión?

Son maravillosos y me perdí su segunda boda porque estaba en París. La verdad es que no he visto su reality porque no estaba en España, pero si yo hiciera uno lo que buscaría sería la realidad. Sí, haría un reality social, me llevaría a las cámaras a ver indignados del mundo real o nos meteríamos en casas con vidas muy duras.

¿Qué te parecen las revoluciones sociales, los indignados?

Nunca he sido de un partido político. Soy anarquista individualista y me parece muy lógico que haya ocurrido porque llega un momento en el que ya no puedes más. La clase política no representa a la gente. A los políticos les falta espontaneidad. Veo a la sociedad desamparada y a ellos los veo en medio, como si esto fuera un matrimonio de divorciados. A Dios rogando y con el mazo dando. La democracia es una trabajo que hemos hecho todos. Tienen mucha soberbia. En vez de preocuparse de lo importante parece que estamos en un parvulario, los banqueros estrangulándonos y las grandes fortunas de Europa vienen de la esclavitud. Me parece normal que la gente harta se aúne no están creando una sociedad humanizante