Con una subida en Bolsa del 90% desde octubre del pasado año, cuando cotizaba a 154 rublos por acción en el parqué de Moscú frente a los casi 300 actuales, el grupo gasísta ruso Gazprom es uno de los grupos empresariales que más se está beneficiando de los precios récord del gas en los mercados internacionales. También otras multinacionales, pero la rusa gana además por su liderazgo en Europa y en su extensa nación.

Una evolución que está disparando los precios de la electricidad en Europa, y en especial en Italia y en España, aunque los suministradores de gas sean otros países. Y como consecuencia, está obligando a los responsables de la política energética española a revisar el modelo del mercado mayorista eléctrico y cuestionar algunas de las bases de su funcionamiento.

Gazprom controla el 15% de la reservas de gas del mundo y es una pieza clave en el suministro de este hidrocarburo en Europa Central. Hace unos días ha anunciado que el proyecto Nord Stream, muy relevante para Alemania, empezará a funcionar este año. Y lo hará pese a la oposición de Estados Unidos que examina con preocupación el incremento del poder de las empresas energéticas rusas y, por tanto, la de Kremlin.

La gasista es una empresa privada si bien al uso de otras corporaciones de su país. Creada durante la última etapa de existencia de la URSS, ha sido una de las compañías en la que los directivos próximos al poder político, desde Yeltsin a Putin, han podido hacer carrera y fortuna, entre ellos el multimillonario Román Abramovich, quien vendió su compañía Sibneft a Gazprom.

El Estado fortaleció su poder en Gazprom al adquirir mediante la estatal Rosneftegaz el 10,74% de las acciones del gigante energético. Uno de los objetivos de las autoridades rusas ha sido la fusión del monopolio gasista con la petrolera rusa Rosneft, líder en la extracción y refinamiento tras la adquisición de activos del ex gigante petrolero Yukos en una polémica subasta organizada por el Estado.

El  perímetro de Gazprom -10% del PIB de Rusia- que inquieta a EE UU se refleja no solo en sus reservas y producción (también de petróleo) sino también en sus poderosas infraestructuras, como las redes de gasoductos y plantas de tratamiento que la dan el liderazgo en transporte y distribución y un valor en Bolsa cercano a los100.000 millones. Este grupo, que está presidido por Alexei Miller, cuenta con una plantilla de 450.000 empleados.

Si bien su mayor poder es la dependencia de Europa pese al surgimiento de competencia: cerca del  60% del gas natural consumido en Austria es suministrado por Gazprom, casi el 40% en Alemania y el 20% de Francia. El porcentaje de países limítrofes es cercano al 100%.