Los índices americanos han vuelto a hacer el tan circense más difícil todavía y han remontado desde unos mínimos intradiarios que parecían adentrarse en el terreno de las caídas severas hasta dejar las cosas en verde para los índices tradicionales y minimizar los números rojos en el tecnológico Nasdaq.

Evidentemente, toda esta vuelta tiene una razón de ser: Francia y Alemania intentan de nuevo un acercamiento que permita salvar la cumbre del domingo. Será el sábado en Bruselas, previsiblemente con la mediación de Durao Barroso, Van Rompuy o ambos, cuando Merkel y Sarkozy intentarán casi a la desesperada presentarse en la cumbre comunitaria con una postura común.

Ante las noticias procedentes de Europa, Wall Street volvió a empeñarse en demostrar que todo lo que pasa y lo que pase en el futuro es por culpa de Europa. Y si mejoran las expectativas respecto al Viejo Continente, mejoran las cotizaciones casi al instante, tanto como para que el Dow Jones se situara al cierre 150 puntos por encima del mínimo del día, lo que no está nada mal.

Ahora bien, a pesar de que la recuperación ha sido importante, lo cierto es que tampoco en el último tramo de la sesión se intentó algo más que mantenerse, lo que indica que sí, que vuelve la esperanza, pero no la convicción que se ha demostrado en otros momentos. También en Wall Street parecen decididos a esperar al lunes y actuar en función de lo que ocurra en el fin de semana.

Entre tanto, los índices siguen en tierra de nadie, en esa estrecha franja en la que ni caen si suben y en la que se mantienen desde hace varios días. Al cierre, el Dow Jones ganó un 0,32%, el S&P 500 un 0,46% y el Nasdaq Composite perdió un 0,21%