El tiro por la culata

11/09/2021

Josep M. Orta.

Pedro Sánchez no sabe que hacer con Catalunya. Además le incomoda el tema y busca  que deje de protagonizar tertulias e informativos que le causan no poco desgaste incluso en sus propias filas. Ahora en vísperas de la Diada y días antes de que se celebra la mesa de diálogo (que la presidenta del Parlament calificó como “un slogan”) el presidente del Gobierno ha propuesto una inversión millonaria para ampliar el aeropuerto de Barcelona en los próximos diez años.

Es un brindis al sol pensando que con inversiones se soluciona todo cuando la experiencia demuestra que sólo son castillos en el aire que se quedan en titulares. Basta recordar que Rajoy prometió inversiones de 15.000 millones repetidas veces en sucesivas visitas a Barcelona cuando era presidente, evidentemente estas inversiones nunca llegaron.

La credibilidad de las promesas de Pedro Sánchez es mínima, basta recordar su propuesta programática de derogar la ley mordaza, de modificar el delito de sedición en el código penal, o de los reiterados incumplimientos de sus pactos que denuncia tanto la Generalitat como sus socios de Podemos.

La propuesta de ampliar la ampliación del aeropuerto la hace sabiendo que si se cumplen las propuestas de AENA difícilmente recibirá la bendición de Bruselas dado que afecta a espacios naturales protegidos del delta del Llobregat, tanto por un lado (la ya famosa Ricarda) como por el otro, el Remolar y Filipinas. En estos momentos esto es anecdótico pero ha servido al dirigente socialista para soliviantar a sus socios (ERC y Podemos) y levantar las iras de los ecologistas, aparte de enfrentar a los partidos que gobiernan la Generalitat (esto ya es crónico) y buscando la imagen de que los catalanes rechazan una jugosa financiación para una estructura importante.

Esta operación de protagonismo es sólo una campaña de imagen para ocultar la tan cacareada política de diálogo. La postura de los negociadores catalanes es clara: amnistía con los represaliados y un referéndum de autodeterminación. Para la otra parte de la mesa esto son líneas rojas inaceptables y todo lo que ponen sobre la mesa es estudiar mejoras de la financiación y el autogobierno. Y aunque ERC y Junts se peleen, en esto están de acuerdo como una amplia mayoría de los catalanes. O sea si al final se celebra esta reunión se saldará con una foto y un nos volveremos a reunir, por que en el fondo nadie cree que haya una voluntad real de llegar a acuerdos ni de que estas reuniones lleven a ninguna parte.

En definitiva la maniobra de distracción del aeropuerto parece que el tiro les ha salido por la culata. Todo para ocultar que hay una gran mayoría de los catalanes (hoy más o menos movilizados) que pese a los políticos y a la pandemia tienen una apuesta muy clara de lo que quieren, aunque lo quieran ocultar.

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