El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, hace en una jornada sobre politica monetaria organizada por IESE en su campus de Barcelona un llamamiento «a la prudencia» ante la subida de 15 euros del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactada entre Gobierno y sindicatos desde el 1 de septiembre.
«Hay que reconocer que tiene efectos secundarios. Sabemos que incrementos moderados en el SMI generan efectos negativos moderados en el empleo, pero que pueden ser más elevados en colectivos de baja productividad, jóvenes o mayores de 45 años», argumenta, aunque reconoce que ese impacto es a corto plazo y que es necesario «hacer más estudios» sobre las consecuencias en el largo plazo o si un aumento del SMI genera aumentos de productividad.
Avisa de una subida en el momento actual, en el que la «recuperación es firme, pero las características son de recuperación heterogénea», que está siendo más lenta precisamente en los sectores en los que «la incidencia del SMI es particularmente elevada, como los servicios o las pymes».
Pero deja muy claro que si hay un compromiso político sobre un incremento gradual del SMI y se aceptan los efectos secundarios, se debe «poner el foco en la formación de los trabajadores» para minimizar éstos.
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