Los precios de las materias primas energéticas se disparan en los mercados internacionales y afectan no sólo a las facturas que deben pagar clientes domésticos y empresas, también ponen en riesgo la capacidad de sectores productivos para afrontar el alza de los costes.

La evolución que más preocupa ahora a expertos y Gobiernos es la que presenta el gas natural que se suministra por gasoducto y el licuado que se transporta en buques. El precio del combustible azul ha alcanzado un nuevo récord de 70 euros por megavatio-hora, con una subida del 11%, en TTF, de Holanda (el referente en Europa).  El problema que conlleva este comportamiento tiene, al menos, dos consecuencias: el coste de este hidrocarburo cuando se usa directamente, como la calefacción, y el que deriva en la electricidad.

Si bien la cuestión que más mantiene en vilo a los responsables de la política energética ahora es la gran tensión que existe entre suministradores y compradores de gas que puede desembocar en problemas de suministro este invierno. Aquí se unen varios factores el aumento de la demanda, en especial desde Asia, y lo cuellos de botella que se producen en zonas estratégicas para este combustible.

El Nord Stream II, gasoducto que une Rusia con Alemania sin pasar por Ucrania, está concluido, pero su entrada en funcionamiento no se espera hasta 2021; tienen primero que concluir las negociaciones entre Gazprom, la compañía rusa propietaria de la infraestructura, y las autoridades alemanas. Y se tendrán que suscribir respetando la normativa comunitaria.

La Península Ibérica cuesta con otra incertidumbre: el agravamiento de las relaciones entre Argelia y Marruecos pueden poner fin el gasoducto que llega a España desde este país magrebí (Tanger.Tarifa). Quedaría solo en funcionamiento el que no pasa por Marruecos (Orán-Almeria), con la consiguiente reducción de la cantidad recibida.

Los expertos detectan asimismo que Estados Unidos está exportando menos gas en una conflictiva etapa en la que Europa y Asia compiten por la materia que transportan los barcos gaseros, y en la que los países asiáticos están ganando la batalla.

Mientras, el petróleo también sube con rapidez y el Brent (referente en Europa) cotiza a 80 dólares el barril (55% en el año) y el WTI (estadounidense), a más de 75 dólares. Goldman Sachs prevé que el Brent llegue a 90 dólares. Una evolución similar sigue el carbón y los derechos de emisión de CO2. Los expertos advierten de las tensiones inflacionistas y empiezan a compararla con el shock del petróleo de 1973.