La subida de los precios de la energía no es la única amenaza que afecta a economía y empresas. La tensión inflacionista, el aumento de costes y la pérdida de competitividad pueden también llegar de mano de la evolución de las materias primas relacionadas con los metales. No se trata únicamente de los que se utilizan en la fabricación de los microchips necesarios para montar los coches eléctricos o móviles, y que están paralizando las cadenas de producción.
Son además los metales ‘clásicos’ para la industria. Cobre, zinc, estaño o aluminio cotizan en cifras elevadas, marcando o cerca de récords. Las compañías que las necesitan y el sector de la construcción se enfrentan, asimismo, en muchos casos a problemas de suministro.
El cobre y el aluminio ofrecen precios en la actualidad que suponen alzas del 17% y el 45% en el año, mientras que el estaño se apunta un alza del 73%. El zinc ha pasado de cotizar a 2.740 dólares por tonelada al finalizar en 2020 a los actuales 3.100 dólares.
Un sector que ha destacado las repercusiones en su actividad es el de la construcción, una actividad que apenas paró durante la pandemia. Entre otras materias que precisan son el acero y la madera, que ha subido en el entorno del 30%. Desde estas compañías se precisa que suben, por el efecto del alza de los metales, los productos relacionados con la fontanería y equipamientos eléctricos.
Como consecuencia señalan que el aumento de los costes les obliga a una difícil renegociación con los promotores de viviendas. El impacto afecta igualmente a las obras públicas.
En este alcista mercado, el Gobierno chino ha optado por una medida para aliviar el rally de las materias primas que no les favorece: ha anunciado la liberalización de una parte de sus reservas estratégicas de metales, acción que han tenido cierto efecto en las dos últimas jornadas. Pekín liberará 150.000 toneladas de cobre, aluminio y zinc para aliviar la presión que ha aumentado las cotizaciones y pone en riesgo sus objetivos económicos.
Las autoridades han señalado que seguirán con atención las variaciones del precio de las materias primas para quizá liberar más reservas en el futuro. En los últimos meses el Gobierno ha atribuido parcialmente el aumento de los precios de las materias primas a la especulación en el mercado, además del efecto de la pandemia sobre el mercado global
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