Había mucha expectación en torno a la cumbre europea del domingo, pero había más ojos puestos aún en lo que ocurriera hoy en el mercado. Europa parece haber llegado a un acuerdo en el que Alemania ha ganado aunque no por goleada, pero las cosas distan bastante de estar resueltas del todo. Es más, quedan suficientes cabos sueltos como para pensar que aún queda mucho trabajo por delante.

Sin embargo, al mercado le gusta que el Fondo de rescate se dedique a asegurar deuda. En el fondo de se trata de una opción que minimiza el riesgo de inversión en deuda de países «sensibles» y que, al no comprar títulos potencia su capacidad de actuación mucho más allá del dinero con el que está dotado.

Parece que eso es mejor que involucrar más al BCE en la compra de deuda, aunque nadie duda que el BCE seguirá comprando deuda si es necesario haya Fondo o no, porque de esta manera hay dos instrumentos. El tercero de los instrumentos, un mecanismo para atraer inversiones de países emergentes, como China, tiene su gracia. Las empresas europeas invierten allí y luego los chinos invierten aquí. Es de locos, pero la economía globalizada tiene estas paradojas.

Es en este tercer apartado en el que quedaría mucho por hacer y el esbozo de lo que puede ser apenas si está escrito en unas pocas líneas de un papel que ni siquiera llega a borrador de documento, pero queda bien decirlo y lo van contando para que el mercado crea que lo tienen todo previsto y bajo control.

Pues bien, al mercado ahora mismo parece interesarle tragar con todo sin preguntar. No me pregunten por qué, pero que del domingo se haya pasado al miércoles para la solución europea parece no importar; que lo de Grecia siga en el alero y que no se sepa aún qué quita van a intentar aplicar parece no importar; que Italia tenga que convocar un consejo de ministros extraordinario ante las críticas de sus socios parece no importar…

Y como nada importa, toca subir. Cierto es que en la apertura y hasta media mañana el mercado no tenía demasiado claro hasta qué punto podía demostrar alegría, pero bastó que apareciera un dato prometedor de la industria china para que los índices europeos soltaran amarras. Tras la apertura alcista en Wall Street se acabó el disimulo y a cerrar en zonas de máximos. Así se escribe la historia.

Por índices, destacar la solidez del FTSE, que el fue el índice europeo que menos tiempo estuvo en pérdidas en la sesión de hoy. El Dax pasó lo suyo y mucho más al CAC aunque finalmente tuvo una reacción fulgurante. Para el Ibex, un día más de tran-tran, como dicen los jugadores de mus. No destaca por nada el selectivo español, está anodino y simplemente se deja llevar.

Al cierre, el Dax se apuntó un avance del 1,41%, el FTSE subió un 1,08%, el CAC un 1,55% y el Ibex un 1,18%.