El 16 de octubre, que este año 2021 cae en sábado, se celebra el Día Internacional del Jefe. Una buena oportunidad para preguntar cuáles deben ser las virtudes de un jefe. Y aquí, como en muchos otros órdenes de la vida, existe una gran divergencia entre lo que es un jefe ‘ideal’ para la empresa, y para los trabajadores que lo sufren.

Aunque la honestidad y saber trabajar en equipo son habilidades muy importantes para ambas partes, la empatía y el reconocimiento son atributos solo importantes para los empleados. Las empresas buscan en un líder compromiso y visión global, destaca un estudio de InfoJobs.

Entre los trabajadores, hay diferencias por sexo y por edad. Las mujeres apuestan por líderes que sepan apreciar y reconocer los logros (50%), mientras que los hombres se decantan por la honestidad y la confianza (42%)

Para los más jóvenes la empatía es lo más importante (47%), seguido del reconocimiento (42%) y la confianza (33%).

En estos tiempos de teletrabajo o de fórmulas híbridas, las empresas (y con ellas sus directivos y sus trabajadores) han tenido que afrontar muchos cambios y constantes retos para adaptarse a la nueva realidad provocada por la pandemia, y poner en marcha soluciones que permitieran el correcto funcionamiento de su actividad con los menores perjuicios posibles. El papel de los jefes sigue jugando un papel fundamental en la gestión del talento que, sin lugar a dudas, es uno de los mayores activos dentro de una organización. Y en la transformación digital de las organizaciones.

Según el estudio de la plataforma de empleo, el 47% de los españoles quiere que su jefe sea capaz de reconocer, felicitar y apreciar los logros, además de tratar bien al equipo. La pandemia ha hecho que los resultados de la edición 2021 de InfoJobs, respecto a las de años anteriores, reflejen que los atributos directamente relacionados con la inteligencia emocional son cada vez más importantes en un jefe por parte de los empleados.

Las peticiones que más han crecido son la empatía, la humildad, la capacidad de comunicar y la escucha activa, que son las más valoradas para el 42% de los empleados españoles, y que suponen 3,5 puntos más que en 2019, antes de la pandemia.

En cambio, otras habilidades relacionadas con actividades organizativas o de liderazgo como delegar, tener experiencia, saber priorizar o tener una visión global pierden peso este año.

Los últimos puestos del ranking sobre las cualidades que debe tener un jefe ideal están ocupados por tener carisma en el trabajo (10%), pensamiento crítico (8%) y pasión (ambas con un 6%).

Mientras las empresas buscan directivos comprometidos y honestos, los trabajadores prefieren líderes empáticos capaces de reconocer logros. La falta de reconocimiento en el trabajo es la tercera preocupación de los que tienen entre 25 y 34 años, losd llamados ‘millenials’, en material laboral, y la primera vinculada a un aspecto emocional. Para el 37% de las empresas, la virtud más demandada para un directivo es el compromiso y la honestidad, la visión global y saber trabajar en equipo. Estos aspectos ganan sobre otros como ser organizado y centrado en objetivos.

La capacidad de trabajar en equipo (61%), la capacidad de resolver conflictos o problemas (48%) y la proactividad (44%) son virtudes más buscadas por parte de las empresas para sus jefes. La orientación a resultados disminuye en importancia respecto a la situación previa a la pandemia (38%).

Gestor de emociones

Las mujeres tienden a valorar más a un jefe que reconozca, felicite y aprecie los logros (50%), sea empático (47%) y que se preocupe y gestione el ánimo de sus empleados a través de la escucha activa (31%). Los hombres, dan más importancia a que sea honesto y fiable (42%), que sepa delegar y confiar (35%), experimentado (25%), que sepa priorizar (17%) y ser carismático (12%).

Para los empleados nacidos a partir de 1995, los ‘centennials’, la empatía es lo más importante (47%), seguido por el reconocimiento (42%) y la honestidad (33%). Se observa que hay un cambio generacional ya que los más jóvenes reclaman mayor empatía, escucha activa, pasión, inteligencia emocional y humildad entre las cualidades que debe tener su jefe.

Por otro lado, las cualidades más valoradas en un jefe por las generaciones mayores comprendidas entre los 45 y los 65 años de edad, figuran ser honesto y fiable (44%), saber trabajar en equipo (40%) y delegar y confiar (37%).

El bienestar emocional, en los convenios colectivos

Por otra parte, el primer Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales refleja que para el 75% de las empresas las cuestiones relacionadas con la salud mental de los trabajadores deberían tener mayor tratamiento en los convenios colectivos.

6 de cada 10 empresas reconocen que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional (ocupaciones que suponen el trato con personas fundamentalmente) y un 10% de ellas reconoce que más de la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc. vinculados a la pandemia.

El 58% de las empresas cree que el riesgo de padecer el síndrome de “trabajador quemado” (burnout) se ha incrementado con la pandemia, y que los trastornos emocionales relacionados con la crisis sanitaria y económica aún se mantienen con respecto a hace un año (64%).

Prácticamente el 70% de las empresas cree que deberían reforzarse las áreas de psicosociología de cara al futuro de la gestión de personas. Sin embargo, solo el 33% de las organizaciones van a tener en cuenta los aspectos relacionados con la salud psicológica en sus estrategias post-Covid.

El 71% fde las empresas admite que las organizaciones no están culturalmente preparadas aún para que un mánager reconozca su vulnerabilidad y  su necesidad de apoyo psicoemocional. En este sentido, en la mayor parte de las organizaciones (70%) los líderes no son entrenados en competencias (resiliencia, gestión del estrés, etc.) que les ayuden a gestionar su salud mental.

Casi la mitad de las empresas cree que el tecnoestrés (específico derivado del uso de nuevas tecnologías en el trabajo), entre otros, son ya factores de riesgo con impacto en sus organizaciones. Y 9 de cada 10 considera necesario que la normativa busque un equilibrio entre flexibilidad, control del tiempo de trabajo y desconexión/reconexión para un teletrabajo sostenible para personas y organizaciones.

El 57% de las compañías reconoce que hay determinados clichés y roles sociales que incrementan la incidencia de determinados factores de riesgo psicosocial en el colectivo femenino y LGTBI.

Solo un 18% de las empresas tiene un plan explícito sobre la gestión de la edad que permita la retención del talento sénior en condiciones de bienestar y salud mental.