Estamos ante la tormenta perfecta para entrar en una nueva crisis

22/10/2021

Maite Vázquez del Río.

No va a ser por la pandemia provocada por el Covid-19 ni ha dado tiempo a que se produzca una nueva burbuja inmobiliaria, no, una vez más estamos al borde de una crisis económica mundial por culpa del sector energético y, más por la electricidad  y el gas que por el petróleo, que también.

Los principales bancos centrales, con la Fed estadonidense y el BCE a la cabeza, tienen la lupa puesta en la inflación. Tras el temor a la caída de los precios por la crisis sanitaria, un año después los precios se están disparando por todos los sectores. El origen es el precio de la electricidad desbocada a niveles históricos día tras día desde el pasado mes de agosto. Dos meses después el precio desorbitado del recibo de la luz está afectando a la industria, el transporte y cualquier rincón del sistema productivo español, europeo y mundial. Tal vez tengan razón aquellos que reclaman una empresa pública eléctrica, ya que una vez más se ha demostrado que es un servicio esencial que debe estar regulado desde el Estado.

Y la espiral sigue. Industrias que solo funcionan con la electricidad están parando, reduciendo turnos de trabajo y enviando a sus trabajadores a casa. Y los pocos productos que pueden producir reflejan el precio del desorbitado recibo de la luz que están pagando, mientras la demanda de los mismos sigue a la espera de ser abastecida.

Pero no solo es la industria. Que una lechuga pase de 1,50 a 2,50 euros en menos de una semana es más que llamativo de lo que está ocurriendo en nuestra cesta de la compra. Y lo peor, las Navidades están a la vuelta de la esquina.

Los datos son más que preocupantes. En España la inflación ya supera el 4%. En la UE más de lo mismo. Si en mayo la tasa comunitaria era del 1,6% en septiembre pasado se situó en el 3,2%, el doble solo en cuatro meses. Christine Lagarde, que lleva meses calculando la rebaja de las compras de activos, ahora tiene un nuevo frente abierto y todos sabemos que la solución se encamina a retomar la subida de los tipos de interés, la única medida que según los economistas es la panecea para bajar la inflación. En Estados Unidos pasa lo mismo y el mercado da por descontado que más pronto que tarde la subida de los tipos será inminente.

Pero poco se podrá hacer con subidas de tipos mientras las eléctricas espoleadas por el precio del gas sigan subiendo día tras día el precio de la luz. La solución dada el Gobierno, de regular más y rebajar el IVA, no parece que vaya a ninguna parte. Y desde el sector eléctrico, soluciones como la ofrecida por el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, de no subir la electricidad si se eliminan las tasas a las renovables, suena más a chantaje que a un alivio para los consumidores que tanto dependemos de la luz para nuestro quehacer diario.

Pero el círculo se cierra con la subida desde hace un mes, desde que los países de la OPEP+ se pusieron de acuerdo con la producción de barriles de petróleo. Desde entonces el crudo no ha dejado de subir y ya supera los 85 dólares. Aún estamos lejos de aquellos 200 dólares que llegó a superar el barril de Brent en 2008, en la anterior crisis, pero todo se andará.

Estamos a las puertas de la tormenta perfecta.

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