Jornada de bajadas sin paliativos y me juego cualquier cosa a que nos contarán que el dato de confianza del consumidor americano ha sido malo, peor incluso de lo previsto, y que esa es la razón por la que los índices se han precipitado a la baja, pero no dirán toda la verdad.

Lo cierto es que ese mal dato fue la puntilla para unos mercados europeos que flojearon de lo lindo desde el comienzo de la sesión, muy «tocados» por la idea de que el Gobierno italiano puede caer en cualquier momento ante el enfrentamiento entre Berlusconi y la Liga Norte por el retraso de la edad de jubilación.

La perspectiva de una crisis de gobierno en Italia no es, desde luego, el mejor de los panoramas. Cierto es que Berlusconi ha sido acusado de no hacer todo lo que debía en el ajuste para responder a los esfuerzos europeos por respaldar su deuda, pero también es cierto que los inversores prefieren el gobierno de Berlusconi que ningún gobierno, que eso es en la práctica lo que ocurriría en la práctica en Italia si se rompiera la coalición que actualmente soporta al Gobierno.

Imaginen la perspectiva. Europa pidiendo nuevos esfuerzos a Italia para que el Fondo de rescate pueda avalar sus emisiones de deuda e Italia sin gobierno, debatiendo si son necesarias elecciones anticipadas o no, con todos negociando apoyos o rechazos… Desde luego la política italiana no ha sido en los últimos tiempos una balsa de aceite y recomponer mayorías puede ser una tarea imposible. Total, el mercado se pone la venda por si acaso.

En este estado de cosas, los índices habían pasado la mayor parte del tiempo en negativo a lo largo de la mañana y sólo el Dax parecía capaz de remontar con solvencia la apurada situación, pero el dato de confianza del consumidor americano ejerció de certera puntilla al ya de por sí timorato intento alcista.

Lógicamente, Wall Street abrió a la baja. Un mal dato macro y un lugar propicio para el recorte en todos los gráficos suelen obrar este efecto. Y dado que nos guste o no, Wall Street manda, los índices europeos se vinieron abajo con estrépito, aunque también es cierto que al cierre las diferencias respecto a ayer no adquirieron tintes de mayor gravedad.

Al cierre, el Dax perdió un 0,14%, el FTSE un 0,41%, el CAC un 1,43% y el Ibex un 0,87%. Todos los ojos están pendientes de la reunión de mañana y el mercado tiene sus dudas acerca del éxito a pesar de que Durao Barroso siga confiando en que la reunión será un éxito. A pesar de dimes y diretes, la lógica de que Europa no ha hecho todos sus deberes antes de llegar a la reunión decisiva de mañana sigue planeando en el ambiente.