El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha reunido en el seminario “Monitoring the recovery: beyond GDP” (Monitorizando la recuperación, más allá del PIB) para reflexionar sobre cómo medir el progreso, el bienestar y la sostenibilidad, y analizar la necesidad de desarrollar nuevos indicadores económicos.
El seminario se presenta como una contribución de España al debate sobre actualizar las herramientas analíticas para medir adecuadamente el progreso, el crecimiento potencial y la resiliencia económica, teniendo en cuenta la sostenibilidad, desde el punto de vista económico y financiero, pero también medioambiental y social.
En el debate, moderado por el presidente del Real Instituto Elcano Jose Juan Ruíz, han participado el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, el comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, la vicepresidenta y economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart y la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha clausurado el acto.
Nadia Calviño subraya la necesidad de desarrollar indicadores para capturar los cambios estructurales, como los derivados de la digitalización o la transición ecológica, así como la necesidad de incorporar consideraciones sociales a la hora de medir los resultados económicos y la sostenibilidad.
“Nuestra concepción del bienestar y la prosperidad está evolucionando, y es necesario actualizar nuestras herramientas analíticas para tener en cuenta diferentes variables y calibrar adecuadamente el crecimiento potencial y la resiliencia de una economía. También para tomar las mejores decisiones de política económica”, argumenta.
El Nobel de Economía Joseph Stiglitz, presidente de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social que puso sobre la mesa ese debate en 2008, iniste en que “necesitamos métricas que reflejen la vulnerabilidad y la inseguridad”. “La pandemia ha mostrado la falta de resiliencia de algunas economías, las limitaciones en la capacidad de responder a shocks, un área en la que necesitamos desarrollar mejores métricas para evaluar cuán fuerte es nuestra economía”, añade.
“si desarrollamos mejores métricas haremos un mejor trabajo a la hora de formular políticas que mejoren nuestra sociedad y el bienestar de nuestros ciudadanos”, remarca Stiglitz.
En la misma dirección apunta el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni: “Queremos que la recuperación marque el comienzo de una nueva era de crecimiento sostenido y sostenible. Por tanto, no hay mejor momento para centrarse en las métricas que influyen en la formulación de políticas. Queremos ver cómo podemos obtener una mejor imagen no solo de la cantidad de crecimiento, sino también de su calidad”.
Esto no significa deshacerse del PIB sino ver “cómo podemos convertirlo en una mejor métrica del tamaño real de la economía; y cómo podemos complementarlo con indicadores que puedan conformar el debate sobre cómo asignar los recursos de manera sostenible y equitativa. Es por eso que quizás podamos referirnos a este desafío político como ‘PIB +’”, sugiere Gentiloni.
En este sentido, la OCDE, Eurostat o el Banco Mundial están trabajando en el desarrollo de indicadores complementarios que evalúen el desarrollo de las economías no solo desde el punto de vista del crecimiento económico sino de la sostenibilidad ambiental y social.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, explica que llevan 60 años analizando cuestiones sobre la calidad del crecimiento: “Complementamos cifras macroeconómicas como el PIB con indicadores de movilidad social, igualdad de oportunidades, sostenibilidad y otros”.
“El PIB es una medida objetiva importante”, pero también “las herramientas de medición que miran más allá del PIB son importantes para llevar a la conversación pública cuestiones que muestran la complejidad y la multidimensionalidad de lo que importa a las personas en las sociedades”. Los indicadores por sí solos “no son suficientes para convertirse en las guías de los cambios que necesitamos, a menos que se utilicen sistemáticamente en la elaboración de políticas», avisa Cormann.
La vicepresidenta y economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart, destaca que uno de los puntos centrales del trabajo de esta institución es analizar el nivel de pobreza de manera multidimensional. “Podemos hacerlo mejor midiendo otros aspectos, más allá de la renta y del consumo, más allá de las métricas monetarias”, incorporando, entre otros, «los niveles de acceso a infraestructuras básicas, o a una cesta básica de alimentos”.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en que “el PIB es una variable fundamental para medir el desarrollo económico, pero no tiene la capacidad de reflejar aspectos esenciales como la sostenibilidad medioambiental y otros factores que determinan el bienestar de un país”. Entre ellos, desigualdad porque “la distribución equitativa sigue siendo una asignatura pendiente”.
«Estos debates son fundamentales, necesarios e imprescindibles si queremos corregir muchos de los errores que se cometieron en el pasado y mirar al futuro con muchísimas más garantías”, concluye Pedro Sánchez.
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