
El consejero delegado de Repsol, Jon Josu Imaz
Endika Portillo / Europa Press
Repsol supera los resultados obtenidos antes de la pandemia, con un resultado neto de 1.939 millones de euros en los nueve primeros meses del año, en el mismo periodo de 2019 fueron de 1.466 millones de euros. Mientras, el neto ajustado (que refleja la evolución de los negocios) se eleva a 1.582 millones en los primeros nueve meses de 2021, cerca de los 1.637 millones.de 2019. Todas las áreas de los negocios del grupo que preside Antonio Brufau presentan flujo de caja operativo positivo: 3.371 millones de euros.
Este ejercicio, que es el primero del plan estratégico 2021-2025, está marcado, más en los últimos meses, por la subida de los precios del crudo y del gas. Y también por las inversiones enfocadas a ser una energética clave en los países en los que está presentes en una economía que avanza hacia las descarbonización, con más centrales eléctricas renovables y producción de hidrógeno verde,
Con estos datos y la reducción de la deuda neta un 9% en el año, hasta los 6.136 millones, el consejo de administración ha aprobado proponer a la junta mejorar la retribución a los accionistas: un 5% más para el dividendo que se abona en efectivo hasta los 0,63 euros; una reducción del capital, a través de la amortización de 75 millones de acciones (el 4% del capital). El consejo adelanta así el pago de un euro a 2022.
En esta línea, el consejo ha aprobado también la recompra de un máximo de 35 millones de títulos. Del consejo sale José Manuel Loureda, que representaba a Sacyr que ha reducido su presencia en el capital de la energética
Además de los objetivos en electricidad renovable e hidrógeno, el grupo que dirige Josu Jon Imaz centra inversiones contenidas en el plan estratégico en la adaptación de sus activos, como la refinería de A Coruña, para que produzca combustibles más sostenibles, procesando residuos diferentes. En dos años está prevista la puesta en marcha de la planta de biocombustibles avanzados de Cartagena, que restará la emisión a la atmósfera de 900.000 toneladas de CO2 al año.
Repsol ha actualizado los objetivos de capacidad eléctrica instalada en 2030 hasta alcanzar los 20 gigawatios, un incremento del 60% frente a la meta anterior. En 2025, la capacidad aumentará hasta seis gigas, desde los 1,7 GW con los que Repsol prevé terminar este año.
En exploración y producción de hidrocarburos, que se mantiene como un negocio central del grupo, la estrategia es apostar por rentabilidad más que en volumen de producción.
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