«Somos una entidad muy conservadora». Así justifica el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, la decisión de aplazar una posible liberación de provisiones hasta bien entrado 2022. «Es muy pronto», insiste, pese a que reconoce que «los efectos negativos de la pandemia todavía no se han producido», que tanto los saldos dudosos como la morosidad (3,6%) permanecen estable, que vencen las moratorias y los avales del ICO sin que se aprecien signos de deterioro, y que «cada vez somos más optimistas» sobre la evolución de la recuperación económica, del empleo y del consumo.

CaixaBank cuenta, tras finalizar los nueve primeros meses del ejercicio, con 1.400 millones€ de provisiones sin asignar. Y tiene claro que «no hay necesidad de nuevas provisiones». En este período, destinó a esta partida 616 millones€, que contrastan notablemente con los 2.406 millones de un año antes.

Plan estratégico, en el segundo trimestre

El nuevo plan estratégico de la entidad se conocerá en el segundo trimestre, una vez que haya culminado la integración tecnológica y operativa y haya de verdad un solo grupo. «La integración va francamente mejor y más rápido de lo previsto, es modélica en el sentido de que se han superado los objetivos iniciales y se ha combinado con un fuerte crecimiento del negocio», insiste Gortázar.

Incluye un plan a tres años de remuneración al accionista, que puede contemplar recompras de acciones y otras fórmulas de devolución del exceso de capital. Ahora CaixaBank está con una ratio del 13%, cuando el objetivo es el 11-11,5%, y la liquidez está en un récord del 327%, lo que se traduce en 173.125 millones.

Antes, en el primer trimestre, se habrá producido el 60% de las salidas del ajuste de plantilla (el 1 de noviembre habrá 1.200 empleados menos) y el 80% de la reestructuración de la mayor red de sucursales de España. El consejero delegado de CaixaBank insiste en que se mantendrán 2.200 oficinas en la España vaciada, se potenciará la red de ‘ofibuses’ heredada de Bankia, y se están instalando cajeros automáticos en localidades «donde no estaba ni CaixaBank ni ninguna otra entidad».

Foco en el ahorro a largo plazo

El CEO de CaixaBank destaca el crecimiento del 8,9% en el ahorro a largo plazo, pero sobre todo el «alto potencial» existente, ya que su peso en la antigua Bankia es del 18% frente al 24% del banco de La Caixa. El crédito cae el 1,1%, pero la nueva produccuón sube el 11% en empresas y el 5% en consumo, pese a la gran liquidez existente.

Los ingresos por comisiones aumentan pero no por encarecimiento de éstas, sino por el incremento de las operaciones y de la vinculación de los clientes para no pagar más.

«Debemos gestionar como si los tipos vayan a seguir siendo negativos mucho tiempo, lo mismo que el Euribor en el caso de las hipotecas», advierte Gortázar.

CaixaBank descarta una expansión digital fuera de la Península, su área estratégica, como lo demuestra la decisión de salir del austriaco Erste Group. «Queremos concentrar el negocio bancario en la Península y en las entidades que gestionamos. Es una decisión estratégica, que no tiene nada que ver con la excelente situación de ese banco ni con sus mejores perpectivas».

Aplaude «el magnífico acuerdo» entre Mutua Madrileña, su socio de bancaseguros a través de SegurCaixa Adeslas, y El Corte Inglés, «un buen cliente», y admite que beneficiará a la comercialización de Seguros Generales, sobre todo de Salud.

También apoya que el Gobierno potencie los planes de pensiones de empleo, aunque considera «prematuro» reducir las aportaciones máximas de los individuales cuando «todavía no hay una alternativa, especialmente para los autónomos».

Sobre la reforma laboral, pide que sea «consensuada» para que sea perdurable en el tiempo y que ayuda a reducir el problema de la elevada temporalidad.