Con la cumbre comunitaria ahí mismo y los deberes por hacer, los mercados europeos han optado por extremar la prudencia y minimizar riesgos, lo que en los tiempos que corren vine a ser sinónimo de no permitirse ni la más mínima alegría.

No es de extrañar. A la hora de cierre de los mercados europeos lo único que había trascendido era que la UE sigue presionando a Italia para que acelere sus reformas y que los bancos franceses y alemanes presionan a la UE para conseguir que la quita de la deuda griega sea lo mejor posible y no arruine sus balances. Si a estas alturas no está todo «atado y bien atado» apañados estamos y el propio Juncker ha confirmado que no había nada atado a media mañana al manifestar que «la negociación continúa».

Me cansa repetirme pero es que no me dejan otra alternativa estos politicastros. Esta banda de incompetentes lleva desde mayo de 2010 hablando de la deuda griega, de sus alternativas y sus soluciones. Tiene bemoles que haya pasado un año y medio y aún no hayan atajado el problema, pero tiene muchos más bemoles que a solo unas horas de que se tenga que dar una solución «definitiva» al asunto aún estén negociando con los bancos que si la quita es tal o cual. El espectáculo es ciertamente bochornoso.

En estas condiciones, pedirle al mercado que tome un rumbo es como pedirle a la diosa fortuna que te ayude con la bonoloto: una quimera. Y lógicamente, los mercados europeos se han cuidado muy mucho de tomar rumbo alguno. Si acaso, trataron de subir pero sin convicción ninguna, lo que supone una cierta esperanza de que el culebrón comunitario se resuelva favorablemente de una vez por todas.

Al final, cada uno luchó con sus propias fuerzas y el FTSE fue el único capaz de sacar tajada. Un mal dato de pedidos de bienes duraderos en Estados Unidos volvió a los mercados europeos al rojo a primera hora de la tarde y el índice británico fue el único capaz de remontar.

Respecto al Ibex, señalar que una vez más fue el peor de los grandes índices europeos. Al selectivo español le pesa sobremanera Italia, a pesar de que en las últimas fechas todo son apoyos a los esfuerzos españolas por atajar la crisis y los resultados positivos conseguidos (y que yo no termino de ver tan claros). Lo más curioso es que al Ibex le pesa Italia más que al propio Mibtel, lo que no deja de ser extraño. De todas formas, yo no me alarmaría demasiado por el resultado de hoy del Ibex, ya que ha estado muy emparejado con el Dax y últimamente el índice alemán parece más entonado que hace un mes.

Al cierre, el Dax perdió un 0.51%, el CAC un 0,15% y el Ibex un 0,53%. El FTSE avanzó un 0,50%.